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jueves, 25 de abril de 2024 15:33h.

el psoe tiene un compromiso con su electorado y con sus socios de gobierno

La dirección del PSOE debe una explicación, a sus bases y a su electorado - por Chema Tante

 

FRASE TANTE PSOE

La dirección del PSOE debe una explicación, a sus bases y a su electorado - por Chema Tante

No habría espacio para relatar toda la gloriosa historia del PSOE de Pablo Iglesias Posse y del sindicato socialista UGT, pero creo que es importante destacar que la II República fue posible en 1931 gracias al ingente trabajo de formación política y social que desarrollaron las y los militantes y sindicalistas socialistas, desde finales del siglo XIX y por el primer tercio del XX. La conciencia ciudadana y la cultura política de las masas trabajadoras fructificó en aquel 14 de abril y permitió después que el pueblo republicano resistiera tres años insignes los embates de las armas nazi fascistas y del dinero de March: Y Franco no habría derrotado a la República sin la traición alevosa de Casado y el error bienintencionado de Besteiro. 

La II República llegó y se mantuvo con heroísmo tanto tiempo, gracias en buena parte, al trabajo, a la entrega y al sacrificio hasta la muerte, de tanta y tanto militante socialista. De esta manera, el PSOE se ganó con mucho merecimiento ostentar las siglas veneradas de Socialista y Obrero. Después, en la cruel noche franquista, tanto dentro del estado español como en el exilio, la vocación de servicio de esta misma militancia (la que quedaba, después tanto hostigamiento) mantuvo prendida la llama del socialismo y de las luchas obreras. 

Muerto en su cama el Dictador, el PSOE aceptó la llamada Transición, como la aceptó el PCE y la aceptamos muchas y muchos demócratas, porque no había otro remedio. Como dijo en acertada frase Almudena Grandes, "nos estaban apuntando desde las azoteas". Literalmente, el Dictador había dejado una consigna clara de terror, con sus últimos cinco asesinatos del 75. Y bajo tal consigna, la Transición fue un chantaje.

Pero se trataba de una Transición. Tampoco hay espacio ni oportunidad para analizar lo que ha ocurrido en el estado español en estos cuarenta y tantos años de llamada democracia. Sin embargo, una cosa está clara. El régimen monárquico legado de la Dictadura ha demostrado de sobra ser un sistema diseñado para la corrupción, el abuso empresarial, la especulación financiera estafadora, la parcialidad de una administración de Justicia claramente parcializada y fanática. Y, además, es un régimen que no es capaz de solucionar las tensiones territoriales, inevitables si no se crea una marco de entendimiento. 

En definitiva, es absolutamente necesario que se abra en el estado español un proceso de reestructuración completa del sistema político. No se trata de tumbar una monarquía para instaurar una república que siga con las mismas pésimas prácticas de abuso y estafa. 

Se trata de construir un régimen que recupere las esencias democráticas de la República del 31, una República que demostró en los pocos años que le dejaron actuar, y hay que excluir de ello al abyecto periodo del Bienio Negro, que podía impulsar un proyecto de recuperación económica, social y de entendimiento entre territorios, que, de no haberse truncado, habría puesto al estado español en el camino de ser puntero en el mundo. Si no en la economía, sí en Democracia y en Justicia Económica, Social, Fiscal, Cultural, Laboral y Territorial,

Pero, mientras se consigue esa recuperación de las esencias democráticas republicanas, los problemas sociales y de justicia siguen ahí. Son urgentes y lacerantes. No pueden esperar. Y, en este momento histórico, con todos los problemas y obstáculos, una suficiente mayoría parlamentaria ha colocado en el gobierno a dos partidos que se dicen progresistas y que firmaron un Pacto con una serie de medidas progresistas. Unas medidas que se firmaron entre ambas partes, sin condiciones. Y más tarde, para mayor abundamiento y esperanza, una mayoría más contundente todavía ha aprobado unos Presupuestos expansivos y sociales. Una aprobación que supone el apoyo explícito a aquel Pacto de Gobierno firmado entre el PSOE y UP.

Sin embargo, a la hora de aplicar estas medidas sociales progresistas, desde la propia dirección del PSOE, desde los propios Ministerios del Gobierno de adscripción al PSOE, se erigen todas las resistencias posibles para que las medidas no se adopten, Y, cuando se adoptan, se recurre directamente al sabotaje burocrático, como está ocurriendo, de manera bochornosa, con el Ingreso Mínimo Vital. Que será mínimo -de hecho, lo es- que será vital -bella palabra- pero que desde luego, no es ingreso, porque no se paga, porque no se cobra.

De esta manera, en una situación agravada por la crisis de la sindemia y las crisis de la economía y social que la primera origina, en el estado español, las normativas no han variado, desde que el tristemente recordado Rajoy tomara su dorado camino. A pesar de lo firmado, esto es lo que hay. El Salario Mínimo y las Pensiones mantienen unos niveles de miseria, tanto es así, que sin duda hubieran sido aceptados por el PP y VOX. La cacareada derogación de la posibilidad de despedir a gente por baja, se queda en nada, porque las empresas tienen mil y una maneras de despojar a la gente de su empleo. Porque la Reforma Laboral se mantiene y una ministra del PSOE tiene la caradura de imponer condiciones para aliviarla, apelando a una mesa de diálogo en la que se sientan los dirigentes de unos sindicatos mayoritarios comprados, unos dirigentes sindicales comprados, que no acatan la voluntad ni de sus propias afiliaciones. El esquema fiscal sigue en su absurda discriminación de favor a los ricos, pesando brutalmente sobre las rentas del trabajo y sobre el consumo. La banca pública es una quimera, con lo que se permite la desaforada estafa bancaria. Y tantos aspectos más, que culminan en la completa negativa del gobierno de proyectar la recuperación tras el covid-19 de una manera respetuosa con el ambiente. En todo el estado, en Baleares y en Canarias sobre todo, los planes apuntan a reanudar el nefasto turismo masivo. Una aberración.

De esta manera, tanto en el plazo inmediato, en el de acometer las medidas sociales y económicas necesarias y pactadas, como en el medio plazo, de adelantar un cambio de régimen que establezca una estructura republicana democrática, la dirección del PSOE se niega a cumplir con sus pactos, con sus programas, con su historia, con sus idearios primigenios, con la voluntad -esperemos que sea esa la voluntad- de su militancia, y, desde luego, con el compromiso cerrado con su electorado.

La dirección del PSOE, en su acción directa de gobierno, se niega a cumplir con su deber socialista y obrero, y solamente atiende a los dictados del la oligarquía neoliberal. Y en su estrategia política, mantiene una intolerable sumisión a la monarquía, en abierta contraposición a su propia ideología. Se le han pedido explicaciones a Felipe Borbón sobre las tropelías de su padre, a sabiendas de que ello era imposible, el Borbón nunca dará explicaciones sobre los delitos de su padre. Pero quien sí tiene que dar explicaciones, y muchas, es la dirección del PSOE. Porque con las acciones de Felipe X y su camarilla, ya ha tenido bastante ignominia ese partido que no se merece que arrastren su nombre por el lodo. Y la militancia socialista debería decir si está o no de acuerdo con lo que hacen quienes mandan en su partido.

izquierda socialistaSí. Creo que a la militancia, a las bases del PSOE, les cabe también mucha responsabilidad en este asunto. O el PSOE no es un partido democrático, sino una organización cuya dirección actúa en contra de la voluntad y las indicaciones de su militancia, o la militancia es cómplice de las actitudes de la dirección. Y no se escuchan, salvo las declaraciones de la minoritaria y constantemente ninguneada corriente interna de opinión IZQUIERDA SOCIALISTA, voces en el PSOE que cuestionen el apoyo a la monarquía y la resistencia a aplicar medidas sociales, que perpetra la actual dirección de su partido. No hay término medio. O atacas o acatas. Y eso es lo que tiene que demostrar la militancia socialista, si condena lo que hace la dirección del PSOE o lo asume.

 

* Lo dice y lo sostiene Chema Tante

CHEMA TANTE

 

MANCHETA 21