Buscar
jueves, 28 de marzo de 2024 09:57h.

"El ejemplo de los colombianos". Pues síguelo, Mariano - por Chema Tante

Mucho tiene que aprender Mariano del ejemplo colombiano

Escribe el presidente del gobierno del estado español en EL PAÍS un emocionado artículo, en el que exhorta a seguir el ejemplo colombiano. Es un defecto habitual en la órbita pepera arrimar el ascua a la sardina particular, manipulando los hechos en beneficio propio. Mariano se complace en los logros del pueblo colombiano -que no de sus gobiernos- que está alcanzando la paz en las dos tremendas guerras que sufría en su propio país. 

"El ejemplo de los colombianos". Pues síguelo, Mariano - por Chema Tante

Escribe el presidente del gobierno del estado español en EL PAÍS un emocionado artículo, en el que exhorta a seguir el ejemplo colombiano. Es un defecto habitual en la órbita pepera arrimar el ascua a la sardina particular, manipulando los hechos en beneficio propio. Mariano se complace en los logros del pueblo colombiano -que no de sus gobiernos- que está alcanzando la paz en las dos tremendas guerras que sufría en su propio país. 

Ya colombianas y colombianos contuvieron los desmanes de los carteles de la droga y sus sicarios, al punto de que las ciudades colombianas, que hasta hace poco encabezaban los registros de violencia, ahora son auténticos remansos de paz. Y las guerrillas, que en muchos casos habían derivado de la lucha revolucionaria al negocio de la extorsión y el secuestro, están tomando también el camino de la integración y la reconciliación. ¿Reconciliación? Sí. Mariano. Reconciliación. Este es el ejemplo que tu cruel y rencorosa alma pepera no te dejará nunca seguir. Pero queda el ejemplo colombiano. No basta con la paz. Hay que cerrar las heridas y cubrir las brechas. Eso es reconciliación.

Le pregunté hace tiempo a un amigo bogotano cómo habían conseguido las colombianas y los colombianos recuperar de esta manera a su país. Y, escucha, Mariano, aunque jamas podrás entenderlo: "Lo hemos hecho con el amor", me dijo. Un amor y una sensatez, agrego yo, que lleva nada menos que al presidente de la Corte Suprema de Justicia de Colombia, José Leonidas Bustos a declarar: “Ninguna institución jurídica puede ser obstáculo ni camisa de fuerza para impedir la construcción de la paz”. ¿Tú te imaginas, Mariano, a alguno de los propios que tu partido tiene enclavados en la justicia del estado español diciendo cosa parecida? No, ese ejemplo colombiano no pueden seguirlo ustedes. Ustedes prefieren mantener el odio y capitalizarlo políticamente. 

El actual presidente de Colombia, Santos, que no solamente pertenece al mismo partido que su predeceesor, Uribe, sino que era su número dos, ha tenido el valor y la dignidad de contradecir y enmendar los errores cometidos en el anterior gobierno. El principal, el de intentar arreglar los problemas con el odio. El amor es la solución, no el rencor, Mariano, aunque tú no puedas entenderlo. Igual que tu ardor partidista nunca te permitirá comprender otra cosa que el cerrar filas con la gente propia, "con razón o sin ella" como en la Legión.

Y ese es otro ejemplo del que deberías tomar buena nota, Mariano. Viste que dije que quien está obteniendo la paz es el pueblo colombiano, no sus gobiernos. Porque la mayor gloria de Santos y de su gobierno -y de la justicia colombiana, independiente, en el papel y en la práctica- es que escuchan y acatan la voluntad popular. No se han sentido -como haces tú y han hecho quienes han ocupado el gobierno antes que tú- ungidos por cuatro años del poder absoluto que permitiría hacer lo que se quiera, a espaldas de lo que quiere y siente y opina la gente. Ustedes nos llevan a guerras, nos impiden decidir sobre nuestros destinos y nuestras conciencias y quieren impedir a las mujeres deciris sobre sus cuerpos. Ustedes hacen y deshacen contra nuestra voluntad. Aprende del ejemplo colombiano, Mariano.

Tu osadía, Mariano, llega al punto de atreverte a citar nada menos que a García Márquez y a Borges. Lamentablemente, ninguno de los dos está ya en nuestra dimensión para decirte lo que piensan de estas citas. Pero, si tu ceguera te lo permitiera, sabrías que tanto el colombiano como el argentino, ambos universales, estaban, uno desde el progresismo, el otro, conservador, contra la cerrilidad, el acoso a la cultura y la mordaza a la libertad que tú representas, Mariano. Ya puesto, sigue también el ejemplo que te dictan estos excelsos personajes que citas.

Te permites, en el colmo del atrevimiento, recordar la presencia en el estado que tan mal gobiernas, de cientos de miles de colombianas y colombianas. Y, esta vez con razón, ensalzas el sacrificio de soldados de su pueblo en las filas del ejercito español. Pero no haces nada, Mariano, para que los dispositivos policiales del estado respeten los derechos humanos de muchas personas, también colombianas, perseguidas y maltratadas, por problemas administrativos. Expulsiones, reclusiones, privación de atención sanitaria, restricción de acceso a la educación... tanta gente migrante que sufre este maltrato, entre quienes están también seres humanos y humanas, de Colombia.

Dices, Mariano que "Las naciones triunfan cuando tienen instituciones fuertes, independientes y con reglas de juego claras. Colombia es el mejor ejemplo de esa ley no escrita." Cuánta razón tienes. Ya ves, te lo reconozco. Pero te diré también que ese ejemplo al que tú apelas tampoco es aplicable al estado español, donde cada día se evidencia de manera más clara que las instituciones si son fuertes, lo son por el autoritarismo del ejecutivo y que solamente aplican su fortaleza con los y las debiles. Que, de independientes, estas instituciones no tienen nada, por la pérfida práctica de que sus componentes lo sean por designación de partidos hegemónicos que han conseguido su poder con dinero mal habido. Y, de claridad de las reglas de juego, me asombra que tengas el valor de hablar, Mariano, cuando eres campeón de un concepto de política que amaña las normas a la mejor conveniencia propia o, simplemente no las respeta.

Sí. Mariano. Tienes mucha razón. Hay mucho que seguir en el ejemplo colombiano. Aplícate el cuento.

"Hay que combatir la idea de que justicia es igual a cárcel"

http://elpais.com/elpais/2015/02/20/opinion/1424438605_371204.html