Miren que contento está Jeroen Dijsselbloem, el capataz del Eurogrupo. Sí creían que la sevicia ultraliberal contra los derechos laborales estaba culminada, ya ven que, de eso nada. Los ricos quieren más y más. Los ricos quieren una manio de obra barata y sumisa. Por un lado, seguiran bajando los salarios, Por el otro, reprimiran las movilizaciones ciudadanas y las huelgas.  Hay que recortar 2.500 millones de euros. No saldrán de nuestros bolsillos. Saldrán de nuestra sangre y de nuestras costillas. No solamente es el anuncio de mayor crueldad, por parte del Eurogrupo. Es la constatación de que los ministros de economía de la Unión Europea, la propia Unión, en su conjunto, persiste en el mayúsculo erro de adjudicar a los costes laborales la responsabilidad de la llamada crisis. ¿Error? lo escribo y me da la risa. Lúgubre risa. De error nada. Lo quie hacen los ministros de economía es demostrar que está al servicio de la estrategia de los ricos en su ofensiva para recuperar los privilegios perdidos, sobre la esclavitud laboral.