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miércoles, 24 de abril de 2024 15:02h.

Un Felipe González, aturdido y acosado, sostiene lo que dijo, y lo contrario - por Chema Tante

felipe gonzález

CHEMA TANTEMe quedo asombrado, no por el contenido de la entrevista que le hace Antonio Caño a Felipe González para EL PAÍS, sino por algunos comentarios que escucho en la mañanita de este jueves 29, que dicen (por ejemplo, Pepa Bueno en la SER) que "Felipe ha dejado claro qué gobierno quiere". Nada de eso. Uno va leyendo las afirmaciones -todas contundentes, como suele- de Felipe y constata que unas desmienten a las otras.

 

Un Felipe González, aturdido y acosado, sostiene lo que dijo, y lo contrario - por Chema Tante

Me quedo asombrado, no por el contenido de la entrevista que le hace Antonio Caño a Felipe González para EL PAÍS, sino por algunos comentarios que escucho en la mañanita de este jueves 29, que dicen (por ejemplo, Pepa Bueno en la SER) que "Felipe ha dejado claro qué gobierno quiere". Nada de eso. Uno va leyendo las afirmaciones -todas contundentes, como suele- de Felipe y constata que unas desmienten a las otras.

Una serie de contradicciones que hacen honor al personaje incongruente consigo mismo, que pasó de ser la gran esperanza blanca del socialismo español, que en Suresnes, en el 74 aplicaba el materialismo dialéctico, a sacar a su partido -con un chantaje prepotente, por cierto- del marxismo en el 78; de reconocer (lo hizo explícitamente en ese mismo Congreso) "la autodeterminación de todos los pueblos ibéricos" a denostar a otras fuerzas que se limitan a defender el derecho a decidir: de aúllar la defensa del pueblo saharui, a hacerse amiguito del alma del déspota de Rabat; de rechazar la permanencia en la OTAN, a violar acto seguido su propia opinión y dejar al estado español dentro de esa organización belicista; ser un socialista de chaqueta de pana, a sentarse en las doradamente remuneradas alturas de las grandes empresas... 

Esto de las contradicciones es el destino que sin remedio le espera a quien deshonra sistemáticamente sus palabras con sus hechos. Ahora, este patriarca cada día más desautorizado del socialismo (o lo que sea, como dice Juanjo Millás) del PsoE, no acierta a aclararse sobre su posición frente a la diabólica encrucijada en que se encuentra el estado español. Un estado español, por cierto, que es un estado de derecha, no de derecho, gracias a una constitución diseñada para favorecer a unas fracciones de población, en detrimento de las otras, afrenta democrática de la que fue partícipe el propio González.

No acierta a aclararse, el consejero de Gas Natural Fenosa hasta hace poco, sobre el gobierno que propone. La fidelidad que debe aparentar a los principios de su partido, le obligan a propugnar una fórmula de progreso. Pero la querencia hacia su estatus de privilegiado -y el temor de que pueda alguien desde el poder interesarse por algunas de sus trapisondas- le llevan a rechazar la presencia de partidos que están representando las aspiraciones auténticamente populares. Los partidos de verdad de progreso.

Por eso, este tipo, del que se dice -y se comprueba- que estaba recomendando la gran coalición de gobierno PpPsoE, viene ahora a "aclarar" su punto de vista “estoy cansado de que interpreten lo que suponen que pienso o debería pensar”, dice en la entrevista. Pero no lo hace. Esa sublime frase que larga "ni el Partido Socialista ni el PP ni otros deberían negar la posibilidad de un Gobierno" encarna la voluntad de anular el sentido de la política a la que González se ha dedicado toda la vida.

Muy bien decía Antonio Aguado, comentando el titular de EL PLURAL "Felipe González apuesta por un gobierno de PP y Ciudadanos con abstención del PSOE", que "Se puede hacer de forma activa (votando a favor) o pasiva (absteniéndose), pero en definitiva, este impresentable “socialista-liberal” y otros como él, apoya a la derecha empezando por el súper corrupto PP para que forme gobierno".

Pero, yo creo que en realidad, Felipe, en el summun de sus contradicciones, lo que está haciendo es sibilinamente recomendar una salida similar a la que el neoliberalismo rampante en Europa aplicó en Italia: un gobierno "imparcial", dirigido por un técnico. Un técnico de esos que sostienen como dogma de fe las tesis del neoliberalismo. Esa historia que llaman "sensata" de que si a la gente rica le va bien, comemos todas las personas.

En conclusión, las contradicciones de Felipe no son reales, sino consecuencia de que ni él, cínico donde los haya, se atreve a revelar lo que en verdad quiere: que el neoliberalismo se imponga.

http://politica.elpais.com/politica/2016/01/27/actualidad/1453925502_689607.html

http://www.elplural.com/2016/01/26/felipe-gonzalez-apuesta-por-un-gobierno-de-pp-y-ciudadanos-con-abstencion-del-psoe/?utm_source=Newsletter&utm_campaign=49096dd191-Newsletter_27_01_20161_26_2016&utm_medium=email&utm_term=0_416b6732d3-49096dd191-219006181