Buscar
viernes, 29 de marzo de 2024 00:12h.

Un sistema que permite el triunfo del criterio de que la economía vale más que la vida, es un sistema maligno. Es un sistema que es preciso cambiar

Misión cumplida, Sánchez Castejón. Otra más. Estarás satisfecho – por Chema Tante

 

FRASE TANTE MADRID

Misión cumplida, Sánchez Castejón. Otra más. Estarás satisfecho – por Chema Tante *

TUIT PACO LOBO

El tuit de Paco Lobo revela la realidad, con claridad y concisión.

A Sánchez Castejón le marcaron un objetivo: neutralizar a la izquierda que surgió con fuerza de las calles. El tan pronto olvidado 15M que se vertebró en Podemos. Y eso es lo que ha hecho y hace desde su gobierno que él llama progresista. Por lo pronto, ya se ha cargado a Iglesias. El deseo de tanto psociata, que no se molestaban en disimular.

Claro que en esta ofensiva, Sánchez Castejón ha contado con la colaboración insensata del propio Iglesias, con sus errores de libro. Algo que ha demostrado Mónica García, que ha dado la talla, con una campaña electoral impecable. Si Iglesias no hubiera sucumbido otra vez a su exasperante megalomanía y hubiera reconocido el valor de la lucha política de Mónica, quizá otra historia estaríamos viendo. Los 24 más diez escaños, a lo mejor serían más, con una sola candidatura.

En todo caso, hay que reconocerle a Pablo la dignidad de mandarse a mudar. Pero creo que hacía tiempo que debió haberlo hecho..

La espantosa catástrofe que ha sufrido Madrid tiene una explicación muy clara. El partido llamado socialista no ha aliviado los problemas de la gente desamparada. Todo lo contrario, a pesar del flamante pacto de gobierno firmado, que constituye -en presente, porque está vigente- todo un programa de gobierno de izquierda. Y, como la gente observa que la izquierda no le asiste, lo lógico es que caiga en las manos de la derecha. A la gente no le hablen de ideología. Lo que le importa a la gente es pan y trabajo. Y la derecha hace muy creíbles sus mentiras. Vean los resultados en los distritos obreros de Madrid, donde también ha ganado el partido llamado popular. Y Gabilondo sigue con su guineo de la crispación.

Esa es la gran culpa, la gran responsabilidad de un partido que obtuvo un fuerte respaldo electoral, con un programa de izquierda y, sobre todo, que puede gobernar porque suscribió un acuerdo de gobierno, también de izquierda. Pero que no ha cumplido nada, nada en absoluto, de sus compromisos. La subida miserable del salario mínimo la hubiera aprobado un gobierno de derechas. La realidad es que la oligarquía aceptó esa limosna. Y no hablemos de la trampa escrivana del Ingreso Mínimo Vital. O de la Reforma Laboral que tanto satisface a Calviño, o la Lye Mordaza, con la que tan a gusto está Marlaska.

Si no hubiera más pruebas del sabotaje que ha hecho Sánchez Castejón a su propio partido en estas elecciones, basta con mirar la campaña de despropósitos que ha montado, empezando por mantener a un tipo al que se le supone calidad catedralicia, pero que no demuestra calidad política ninguna. Gabilondo seguirá, como un monumento viviente a la mentira de un Partido que se llama socialista y obrero, pero que no hace ninguna política de izquierda, ni cuando está en el gobierno ni cuando está en la oposición.

Y no olvidemos a los sindicatos hegemónicos, los que se sientan a diario a almorzar en la mesa del patrón, que no hacen nada por concienciar a la gente obrera. Unos sindicatos que se han resignado al triste papel de gestores laborales y de comparsas de un inexistente “diálogo social”.

Escucho decir a mi admirado Carlos Martínez, que, al final la gente se va a levantar, pero, como la izquierda no está cumpliendo con su deber, esas movilizaciones probablemente se inclinen hacia el fascismo. Y la culpa no será de los fascistas, sino de una izquierda inoperante y traidora. Qué gran verdad. Y qué espanto.

Sin embargo, hay que repetir que un sistema que hace posible que una organización montada para el saqueo, que arma sus mensajes sobre la mentira, que destruye lo publico y protege a la oligarquía, es un sistema que no sirve. Un sistema que otorga el poder a la persona de los apartamentos de Sarasola, del pelotazo brutal del Zendal, que oculta los datos de sus empresas, que ha potenciado los perjuicios de la pandemia, es un sistema tramposo. Un sistema que permite el triunfo del criterio de que la economía vale más que la vida, es un sistema maligno. Es un sistema que es preciso cambiar.

Mientras tanto, si Sánchez Castejón y el PsoE quieren que el espanto de Madrid no se extienda por todo el estado, ya saben lo que tienen que hacer. Está escrito. Está en el pacto que firmaron con Unidas Podemos, por el que llegaron al gobierno. Se llama ser lo que dicen que son: de izquierda. Para demostrar a la gente que la solución no está en la derecha.

* Lo dice y lo sostiene Chema Tante

CHEMA TANTE

mancheta 14