El banquerito Botín escapó de su merecido castigo, merced a una extravagante sentencia que consagra una doctrina que tumba a su vez el estado de derecho. Porque, según esa tesis, solamente serían perseguibles los delitos que quiera denunciar la fiscalía -dependiente del ejecutivo- no las señaladas por acusaciones particulares. En definitiva, sólo se podrían juzgar los delitos que le dé la gana al gobernante de turno. 

Pero en este caso, a la monarquía no le interesa aparecer protegiendo a la infanta. Por eso ha ordenado abandonarla a su suerte. Porque eso de que el rey reina, pero no gobierna, es otra trola de este embustero sistema heredado de Francio.

Por supuesto, nadie se atreve a denunciar a los altos responsables de la trama Nóos. Pero yo, Chema Tante, proclamo que la magnitud del saqueo hace imposible que el jefe del clan ignorara los trapicheos y, en especial, que empresas y gobiernos locales soltaran la mosca con tanta liberalidad hacia el entonces duque y la entonces duquesa.

En todo caso, que empapelen a la hermana del Jefe del Estado por la gracia de Franco no significa que Cristina vaya a pringar. Después de la sentencia, cuando llegue,vendrán los recursos y los más recursos, hasta que todo el mundo esté calvo. A menos que nos quitemos de encima este sistema de la gran mentira.

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