Nueva Canarias, insegura y confundida - por Chema Tante

Informa la misma organización de Nueva Canarias, que su Ejecutiva Nacional "autoriza a iniciar negociaciones con el PsoE" con la mirada puesta en una alianza para las próximas elecciones. Es una lástima que Nueva Canarias no pueda aliviar su desconfianza endémica en sus propias fuerzas. Una desconfianza que le viene de tantos años de lucha contra una ley electoral opresiva que discrimina ferozmente a las minorías. Pero a las minorías. 

Y ese es el problema. Nueva Canarias es incapaz de asumir que ya no es una fuerza minoritaria. Porque todos estos años de sufrimiento electoral no han impedido a las mujeres y hombres de Nueva Canarias sacar adelante su trabajo político y atraer a sus sólidas posiciones de progreso a una multitud de votantes. Nueva Canarias no se atreve a abandonar las muletas que en otras ocasiones necesitaba; y siente que todavía está obligada a  buscar alianzas dónde sea, para sacarle el cuerpo a las barreras electorales. Unas alianzas que pudieron ser útiles unas veces, pero no necesariamente en otras. Yo reconozco que el tan poco comprendido arrejuntamiento con el PIL llevó a Román y a la hoy alcaldesa Carmen al Parlamento de Canarias. Pero estoy convencido de que no ha sido tan beneficioso el conchavamiento con una fuerza aprisionada por sus compromisos empresariales como es la coalición llamada canaria. 

Se trata de hacer ucronía. Pero a mí no me sacan de mi idea de que si Nueva Canarias se hubiera presentado en solitario hace cuatro años, Pedro Quevedo estaría igualmente en el Congreso. Y, a lo mejor, hasta en compañía de otra persona de Nueva Canarias, en lugar de tener que aguantar la cochambrosa coyunda parlamentaria con la detestable coalicionera Oramas. Y mi convencimiento está sostenido por el simple razonamiento de que entonces fueron más los votos ahuyentados por la presencia de la sigla CC en la papeleta, que los que se consiguieron por el convenio con esa organización empresaria llamada coalición. Y, en el peor de los casos, mejor hubiera sido quedarse fuera del Congreso, que tener que soportar la miseria de ver las siglas de NC unidas a la detestable Cc. 

Ahora, Nueva Canarias acepta escuchar las llamadas de bucio que le llegan desde un partido español que hace mucho tiempo que ha perdido el derecho a denominarse socialista ni obrero. Y yo le digo a Román y a Carmelo que el mismo argumento que les impide volver a arrimarse a la coalición llamada canaria, es decir, sus políticas de derecha y sus recortes antisociales, son aplicables a ese otro partido en que ahora parecen depositar sus complacencias. No tendría yo que recordarle, a quienes dirigen Nueva Canarias, que ese partido español nada socialista y menos obrero, ha sido y es colaborador necesario y entusiasta de los gobiernos neoliberales de Paulino y de Clavijo. No tendría yo que recordarle tampoco que quien inició esta orgía de recortes, fue el mismo partido español, empezando por las medidas de Zapatero y poniéndole la guinda de la reforma del 135 de la Constitución. que incorporó un aspecto ideológico neoliberal en un texto que debería ser imparcial. Ni tendría que recordarle, en fin, que ese partido español es el que colabora en proyectos como el gas, Tindaya, puerto de Granadilla, como ejemplos; y que no mueve un dedo en apoyo a las renovables o al sector primario, para avanzar en la soberanía alimentaria y energética de las islas.

Yo lo tengo claro. Nueva Canarias no necesita ya más muletas. Pero si, acatando el clamor popular que demanda confluencia, Nueva Canarias quiere unir su suerte a la de otras organizaciones, que mire para la izquierda, que mire para donde están los movimientos sociales, que mire para las fuerzas que resisten al neoliberalismo y que sí que defienden los intereses del pueblo canario.

Déjense de boberías y aléjense de las malas compañías.