Que esto donde vivimos no es un estado de derecho, sino un estado de derecha, lo vengo proclamando yo, Chema Tante, hace una tonga de años. Pero, como suele supera , la evolución de los acontecimientos desborda toda descripción teórica. Lo que está ocurriendo  en estos últimos tiempos supera todo lo imaginable. Ya no hay duda de que se impone la apertura de un proceso constituyente para terminar con un sistema que permite que un partido llamado popular, absolutamente corrupto y transgresor de leyes y éticas y estéticas y justicia y sentido del ridículo. Y cuya alternativa, encima es un partido que con la excusa del "sentido de estado" deserta de sus esencias ideológicas socialistas y obreras. O que en nacionalidades como la canaria, una empresa con forma de partido coalicionado detente el poder a la mayor gloria y beneficio de sus integrantes y empresazas amigas.  Todos, partidos que gobiernan para y por la gente poderosa, pero se llenan la boca con ditirambos sobre sus logros económicos. Y después, sacuden el espantajo constitucional ante los pueblos que pretenden pacíficamente ejercer su derecho democrático a decidir sobre sí mismos. Mi amigo Felo recomienda este determinante artículo que publica en CUARTO PODER Hugo Martínez Abarca, sobre la apoteosis de la aberración democrática a que hemos llegado en este estado de derecha español