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jueves, 25 de abril de 2024 15:48h.

Portugal: lo que el IBEX35 no quiere que sepamos (Sa

 

ANTONIO COSTA PORTUGAL

Costa, presidente socialista portugués

Hace casi dos años año, uno de los países europeos más golpeados por la crisis económica y, sobre todo, por su dura gestión neoliberal, cambió el signo de su gobierno con un pacto de izquierdas que no ha sido posible en España, pese a la cercanía. El Partido Socialista portugués consiguió sustituir al conservador Pedro Passos Coelho gracias a un acuerdo de gobierno con el Partido Comunista de Portugal y el Bloco de Esquerda. Un pacto del que han nacido iniciativas legislativas que han logrado recuperar parte de los derechos destruidos por las exigencias de la Troika durante las últimas dos legislaturas.

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Portugal: lo que el IBEX35 no quiere que sepamos

Hace casi dos años año, uno de los países europeos más golpeados por la crisis económica y, sobre todo, por su dura gestión neoliberal, cambió el signo de su gobierno con un pacto de izquierdas que no ha sido posible en España, pese a la cercanía. El Partido Socialista portugués consiguió sustituir al conservador Pedro Passos Coelho gracias a un acuerdo de gobierno con el Partido Comunista de Portugal y el Bloco de Esquerda. Un pacto del que han nacido iniciativas legislativas que han logrado recuperar parte de los derechos destruidos por las exigencias de la Troika durante las últimas dos legislaturas.

Los caminos de Grecia y Portugal se cruzaron en 2011 en la ignominiosa senda de la austeridad de los rescates internacionales. Pero en 2014 sus caminos se separaron: Portugal recuperó su independencia al hacer los deberes mientras el segundo, tras unas elecciones que llevaron al poder a un nuevo partido, lanzaba un órdago de meses que terminó en el verano de 2015.

La Comisión Europea respaldó fuertemente a Portugal al conseguir la recomendación para abandonar el proceso de déficit excesivo. "En este momento no se requieren nuevos compromisos en el marco del Procedimiento de Desequilibrios Macroeconómicos", sentenció la Comisión sobre el proceso de Portugal. El mes que viene los ministros de economía europeos confirmarán la noticia, "reflejo de la confianza iniciada en 2016", según Mario Centeno, el titular de las finanzas lusas, para quien "se demuestra que las politicas que seguimos en el último año y medio eran correctas y que era posible hacer más y mejor".

Hace ocho años, la Comisión Europea abrió el proceso de déficit excesivo a Portugal. Hoy, entre otras medidas, el actual Gobierno de Antonio Costa ha logrado paliar los recortes salariales, ha devuelto a 35 horas semanales las jornada laboral de los funcionarios, ha creado un impuesto de patimonio para viviendas de lujo de más de 500.000 euros y ha suspendido los conciertos del Estado con colegios privados en zonas donde exista un centro público, así como la gratuidad de los libros de texto en los primeros cursos de la educación básica. La mayoría de estas medidas y otras que están en ciernes no figuraban en el programa electoral de los socialistas, sino que han sido arrancadas a Costa gracias al cuerdo con comunistas y el Bloco.

Sin embargo, Grecia vive su tercer rescate internacional, conocido en la jerga comunitaria como Programa de Asistencia Económica, tras recibir más de 200.000 millones de euros, parte de los cuales entran en la hacienda helena para luego repagar vencimientos de deuda y otros préstamos anteriores. Grecia espera obtener la aprobación para que sus acreedores europeos le transfieran 7.000 millones de euros. Serían los fondos de la segunda revisión del tercer rescate, necesarios para una economía que se contrajo un 1,2% en el cuarto trimestre del 2016 y una décima en los tres primeros meses del año. Grecia está técnicamente en recesión, sumida por las reformas y ajustes que aplica desde hace dos años. El IVA de Grecia es del 23%, de los más altos de Europa. Actualmente está pendiente de si recibirá en junio esos miles de millones de sus socios tras decretar una recorte de las pensiones y un nuevo incremento fiscal para ahorrar o conseguir 4.000 millones de aquí a 2020. Esas son las últimas exigencias aplicadas por el Gobierno de Alexis Tsipras, líder de una Syriza que enarbolaba la bandera antiausteridad. En el verano de 2015 Tsipras lanzó un órdago a Berlín, al FMI y a Bruselas. Lo perdió.

En contrapartida a lo que sucede en Grecia, Portugal es una locomotora desbocada: tiene un paro del 9,8%, la mitad que España, frente al 23,5% griego, según los últimos datos de Eurostat correspondientes a marzo; cerró los últimos tres meses del año pasado con un crecimiento de siete décimas y ahora ya avanza a ritmos del punto porcentual. Más que su vecina España. En Lisboa debieron aprender de lo sucedido con Grecia, de la capacidad de llevar hasta la extenuación a una población con el cierre de sus bancos y la aplicación de recortes tras recortes. Costa habló de ser una alternativa "realista, cuidadosa y prudente".

En los últimos meses Portugal es el país donde más ha descendido el desempleo dentro de Europa, pues el empleo crece justo al doble que en la zona euro, las inversiones del primer trimestre aumentaron por encima del 9% y las exportaciones por encima del 10%. En la Bruselas de la austeridad reconocen que las políticas de Costa y su ministro Centeno están dando resultados. El vecino luso cerrará 2017 con un déficit del 1,5%, en 2018 lo llevará hasta el 1% e iniciará la próxima década ya en superávit. El comisario de Economía, Pierre Moscovici, destaca "las buenas y muy importantes noticias" que suponen para el pueblo portugués el cierre del proceso por el déficit excesivo.

La ciudadanía del país experimenta resultados concretos. La jornada laboral se redujo a 35 horas, a principios de año entraron en vigor nuevos incentivos fiscales para la conversión de contratos temporales en indefinidos, hay rebajas en la contribuciones a la seguridad social para los nuevos empleos juveniles, por tercer año consecutivo el salario mínimo ha aumentado y aunque se han gastado más de 4.000 millones en los rescates de bancos y habrá más inyecciones a dos entidades más, el presupuesto está controlado.

"Portugal ha reducido su déficit por debajo del 3% en una forma duradera", dice Moscovici. Centeno lo resume con un "es el resultado de los portugueses" al tiempo que apunta que su Gobierno quiere cambiar el paso de la austeridad como receta económica en la UE. "Es un compromiso que se refleja en las discusiones que tenemos sobre las politicas que Europa debe seguir y las que nos gustaría que tuviese”, asegura el ministro de finanzas.

El Partido Socialista portugués consiguió sustituir al conservador Pedro Passos Coelho gracias a un acuerdo de gobierno con el Partido Comunista de Portugal y el Bloco de Esquerda. Un pacto del que han nacido iniciativas legislativas que han logrado recuperar parte de los derechos destruidos por las exigencias de la Troika durante las últimas dos legislaturas

Entre otras medidas, el actual Gobierno de Antonio Costa ha logrado paliar los recortes salariales, ha devuelto a 35 horas semanales las jornada laboral de los funcionarios, ha creado un impuesto de patimonio para viviendas de lujo de más de 500.000 euros y ha suspendido los conciertos del Estado con colegios privados en zonas donde exista un centro público, así como la gratuidad de los libros de texto en los primeros cursos de la educación básica.

La mayoría de estas medidas y otras que están en ciernes no figuraban en el programa electoral de los socialistas, sino que han sido arrancadas a Costa gracias al cuerdo con comunistas y el Bloco.

 

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