Sobre este sujeto, Juan Guaidó, la gente se pronuncia, a favor o en contra, sin mayor conocimiento de su catadura moral y política. No es ya cuestión de su legitimidad para autocanizarse como presidente de un país. Ese asunto es imposible discutirlo, porque las pasiones parecen ocultar la realidad y el derecho. Las acusaciones de que este machango ha sido plantificado por el USAco Trump en Venezuela, para, simplemente, mamarse el petróleo venezolano, no admiten cuestionamiento alguno. Pero viene muy bien conocer los antecedentes del personaje. Y ahí luce valioso este texto  que señala Federico Aguilera Klink. La página uruguaya SE PUEDE y REBELIÓN publican esta nota de Pablo Pozzi que maneja documentados datos de los periodistas Dan Cohen y Max Blumenthal. Y la cuestión se aclara. Guaidó es un cachorro entrenado y financiado desde su más tierna juventud por las sentinas USA. Este patibulario individuo es el que los felones gobiernos sumisos al emperador Trump han reconocido. Fuerte vergüenza, fuertes sinvergüenzas.