Todo el mundo coincide en que Inés y Paulino son un desastre, esta vez le toca a la Defensora del Pueblo
No es que Soledad Becerril, marquesa de Salvatierra y se supone que Defensora del Pueblo sea precisamente santa de mi devoción. Pero esta vez, el Espíritu Santo, la Virgen del Rocío y el brazo incorrupto ( lo único icorrupto que hay por ahí) han inspirado a la mujer. Efectivamente, la gestión de Inés y de Paulino, no nos olvidemos de Paulino, ha sido y es un desastre, también, en materia de Depedencia.
Por mucho que la voz retorcida de Paulino, Martín Marrero, se empeñe en salir cantando folías, el desamparo de las personas con derecho a la ayuda por dependencia, es manifiesto. Y no se pueden parapetar en la consuetudinaria trinchera de que la culpa es de Madrid. Porque desde el primer momento en que empezamos a sufrir la inepcia de esta pareja, Inés y Paulino, ya se decía que ni ponían las perras que le tocaban ni invertían como debían las que llegaban del estado.