Pocas veces se presenta una tan absoluta unanimidad en un asunto económico político. Nadie discuta que la grey británica se ha metido en un cercado de tunos del que no sabe como salir. Estas cosas pasan cuando se miente, para conseguir un resultado electoral que conviene o para sacar beneficios económicos. En la consulta del Brexit se juntaron el cabreo, justificado, por la mentira de una Unión Europea traidor a sus propios ideales, con las mentiras del irredentismo británico que falseo cifras y perspectivas. El resultado es que ahora este Brexit se ha convertido en un brete sin salida. Una situación absurda, potenciada además por el prurito ultrademocrático tan presente en la Pérfida Albión, del respeto irreductible al resultado de una votación. Británicas y británicos se despeñarían por las Rocas de Dover si eso saliera en una urna. De la riada inmensa de comentarios al respecto, Francisco Morote, de Attac Canarias, ha seleccionado el certero texto de Marcelo Justo en el argentino PÁGINA 12 Y yo, Chema Tante, aporto el que difunde el colombiano EL TIEMPO sobre lo que sirve EFE. Conclusión: Nadie sabe nada de lo que va a pasar.