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sábado, 20 de abril de 2024 09:11h.

Túnez - Lo que los medios de comunicación occidentales quieren ignorar – por Alba Piñol Farré

Desde el día 23 de octubre de 2011, fecha en que los islamistas de Ennadha ganaron las elecciones y obtuvieron la mayoría absoluta con la ayuda de los partidos políticos Congreso por la República (CPR) y Ettakatol, a cuyos presidentes de partido les ofrecieron la Presidencia del Gobierno y la Presidencia de la Asamblea Nacional Constituyente, supuso para ellos una vía libre para asentarse en el poder. La misión de la ANC consistía que en el espacio de un año se redactara la nueva Constitución, con la ayuda de una comisión de expertos y organizara nuevas elecciones presidenciales y legislativas legales según dicha constitución...

Túnez - Lo que los medios de comunicación occidentales quieren ignorar – por Alba Piñol Farré

Desde el día 23 de octubre de 2011, fecha en que los islamistas de Ennadha ganaron las elecciones y obtuvieron la mayoría absoluta con la ayuda de los partidos políticos Congreso por la República (CPR) y Ettakatol, a cuyos presidentes de partido les ofrecieron la Presidencia del Gobierno y la Presidencia de la Asamblea Nacional Constituyente, supuso para ellos una vía libre para asentarse en el poder. La misión de la ANC consistía que en el espacio de un año se redactara la nueva Constitución, con la ayuda de una comisión de expertos y organizara nuevas elecciones presidenciales y legislativas legales según dicha constitución.  La gestión de los asuntos del país estaría a cargo de un gobierno de transición. Pero eran propuestas en el aire, puede que consensuadas verbalmente pero en ningún caso escritas por lo que, después del 23 de octubre de 2011 nada ocurrió como estaba previsto antes de las elecciones. No por ello se habían alzado advertencias parte de la sociedad civil, como las de Gilbert Naccache o las de Tahar Amri, que en su escrito de 24 de agosto de 2011, proponía que antes de las elecciones debían delimitarse claramente las prerrogativas y duración de la ANC y las de primer ministro. Y proponía que dichas decisiones hubieran sido propuestas en referéndum con la participación del pueblo tunecino.  

Desde el día siguiente a las elecciones, en vez de trabajar para una nueva Constitución en el seno de la ANC, al tener la troika una mayoría absoluta en la misma, se han dedicado a boicotear toda discusión en su seno; a cambiar todos los puestos de ejecución y administrativos del país por miembros de Ennadha, lo que ha atacado a las bases de las instituciones,  nacidas con el esfuerzo y la buena voluntad de generaciones de tunecinos, que están siendo paulatinamente destruidas y que hacen que el país sea de cada vez más ingobernable.

En definitiva los tunecinos que pensaban haber otorgado su representación por un año y una tarea bien determinada, se encontrarón llegado el 23 de octubre de 2012, que el tiempo de permanencia del gobierno en el poder se ve prolongada por una duración indeterminada.

Mientras la vida social, política y económica de Túnez se ha ido degradando paulatinamente y a gran velocidad durante el mandato de Ennadha, ha sido sobre todo estos últimos meses los más críticos llenándose de eventos deplorables y negativos sin contrapropuesta efectiva: un cine quemado, una galería de arte salvajemente saqueada, la agresión de una chica que viajaba en taxi con su novio,…recordaban el ambiente creado por los primeros talibanes de Afganistán, sin que las autoridades calmaran o pusieran remedio a dichos brotes.

Pero vamos a centrarnos en lo ocurrido el último mes durante el cual la violencia, en todos sus aspectos, ha aumentado sin que el Ministro del Interior, las autoridades en general y el Presidente del Gobierno en particular hayan hecho el mínimo gesto para ponerle freno.

A finales de enero seguían en aumento las interpelaciones  y agresiones de los islamistas, armados y amenazantes, hacia toda persona que se encontraba en la calle o en un lugar público en el momento que, según ellos, no debían estar. La represión iba dirigida sobre todo a las mujeres que se paseaban, trabajaban o se desplazaban solas, sin compañía de un varón de la familia o simplemente sin cubrirse la cabeza. El hecho ocurría tanto en la calle como en los campus universitarios o en los barrios.

Frente a esta política de terror que las fuerzas del orden dejaban hacer, se levantaban las voces de las asociaciones civiles y  partidos laicos a través de la radio y la televisión luchando, a cara descubierta, contra el islamismo como régimen político, contra la violencia salafista (brazo armado de Ennadha) y declarándose partidarios de una Constitución laica e igualitaria entre sus componentes sociales. Entre los defensores de esta posición en los medios de comunicación se encontraba Chokri Belaïd, varias veces amenazado de muerte.

El 6 de febrero de 2013 a las ocho menos cuarto de la mañana cuando salía de su casa para ir a trabajar, cuatro balas a corta distancia segaron la vida de Chokri Belaïd.

Aquella misma tarde la respuesta ciudadana ocupaba masivamente la mítica avenida Habib Bourguiba con la viuda de Chokri Belaïd en cabeza de las protestas.

Fue como abrir la caja de Pandora. Los sucesos se fueron sucediendo de manera vertiginosa: el sindicato UGTT declaró huelga general el día del sepelio que tuvo lugar dos días después y fue multitudinario. Una masa de gente impresionante acompañó el cuerpo de Chokri Belaïd desde la casa de la Cultura de Jebel Jeloud, lugar donde se había instalado la capilla ardiente, a pie hasta el cementerio donde otra multitud esperaba. Ante el respeto y la tristeza del sepelio se encontraba todo tipo de personas confundidas en el mismo acto. Desde los activistas que defienden un país laico hasta los musulmanes más creyentes. Allí estaba representada la cólera y el desacuerdo del asesinato político; los pacifistas; los deprimidos que veían en ello una degradación de Túnez; y los optimistas que con el asesinato veían que la revolución del 14 de enero de 2011 no había muerto totalmente.

Durante el entierro, hubo dos hechos que desencadenaron las hordas islamistas, ver salafistas. La primera era que al declararse laico el difunto, se oponían a que fuera enterrado en el cementerio de el Djelaz, aunque éste es propiedad del ayuntamiento, la mayor parte de los allí enterrados son musulmanes por lo que, dicen los islamistas (ver salafistas), no pueden ser enterrados allí los laicos; la segunda fue que entre los participantes al entierro había mujeres, pocas, pero había. Entre ellas estaban tres mujeres importantes en la vida del difunto: la viuda, la hermana y la hija primogénita de 10 años, protegida por el ejército. En Túnez, tradicionalmente, las mujeres no asisten a los entierros en el cementerio, y su presencia provocó todavía más la violencia  islamista. Intentaron llegar hasta ellas organizando a los alrededores del cementerio todo tipo de exacciones para provocar a la policía, mientras en el interior pensaban que les sería más fácil. Pero nadie se movió. La policía lanzó en medio del cementerio gases lacrimógenos para calmar los ánimos. Los salafistas, ante lo que ellos calificaron de desfachatez juraron la destrucción de la tumba del difunto intentándolo un par de noches encontrándola guardada por el ejército.

Todos los partidos políticos sin excepción condenaron el asesinato político de Chokri Belaïd excepto Ennadha, el partido en el poder, cuyos miembros no se cortaron en condenar el entierro por las razones antes citadas. Los diputados de la oposición en la Asamblea abandonaron la sala cuando se enteraron del asesinato.

¿Qué ha supuesto, que cambios se han visto o qué ha provocado el asesinato de Chokri Belaïd ?

Para comenzar se levantó un clamor de denuncia de la parte de toda la sociedad, de todos los partidos políticos, organizaciones, sindicato, asociaciones de Túnez excepto por parte del partido Ennadha.

Renacieron, de nuevo, en toda la República los motivos que dieron pié a la revolución: Derechos, trabajo, igualdad y dignidad

Dicha muerte ha supuesto un tsunami en Ennadha (siendo presumiblemente una táctica establecida con anterioridad). Para ellos la cara, del llamado “islamismo moderado” o a la turca, presentado y defendido por los países y medios de comunicaciones occidentales, ha sido un fracaso, y es que no puede existir un islamismo moderado en política. O se es islamista y en este caso saltan la mitad de los Derechos Humanos contenidos en la Declaración de las Naciones Unidas, o se hace política, dejando que la religión, sin quitarle ninguna importancia, pase a un plano personal y privado de cada ciudadano.ç

De todas maneras, no se trataba realmente de qué pudiera o no ser, si no porque Ennadha ha hecho todo lo necesario para que fracasara. Comenzando por dominar una ANC por mayoría absoluta con la colaboración de los partidos políticos CPR y Ettkatol boicoteando la redacción de la nueva Constitución, que como sabemos era la  única responsabilidad de los elegidos el 23 de octubre de 2011 y donde la oposición hablaba de derechos, de trabajo y de igualdad entre las personas y entre las regiones, los diputados de Ennadha hablaban de la sharia.

La pantomima lanzada por el Primer Ministro Hamadi Jebali a fin de absorber y parar la hostilidad y la cólera de la ciudadanía de Túnez después del asesinato político fue, primero, plantear un cambio de gobierno: nombrando a ministros tecnócratas que no tuvo resultado, tal y como se esperaba en el partido; segundo, lo también fracaso fue el intento de formación de un gobierno de coalición con los demás partidos de la oposición: los que se presentaron a colaborar llamados para colaborar les ofrecieron migajas y salieron escopeteados y sintiéndose, una vez más defraudados;  los de centro izquierda respondieron negativamente desde el principio.

Mientras el gurú de Ennadha, Rached Ganouchi, hacía saber a los medios de comunicación que el partido estaba en contra de ambos tipos de gobierno, la pantomima de Ennadha continuaba con la amenaza primero y la ejecución después de la dimisión del Primer Ministro Hamadi Jebali, quedando así probado que la vía pacífica y democrática no era válida.

Aprovechando el vacío político creado por la dimisión de Hamadi Jebali el 19 de febrero de 2013 se ha trabajado, desde el punto de vista político, enormemente. Entre los hechos más relevantes que han tenido lugar ha sido la  convocación de un consejo de Ministros extraordinario el día 22 para aprobar el Plan de Ajuste Estructural para Túnez, previamente negociado por el FMI  con el Director del Banco Central de Túnez (ex colaborador de Bourguiba –primer presidente de Túnez–, fiel seguidor de Ben Ali y antiguo colaborador del Banco Mundial) evitando así, según la diputada Mabrouka M’barek la discusión en la ANC. Según aporta la agencia Reuter, la portavoz de la comisión en la ANC, Lobna Jeribi no estaba al corriente de la existencia de dicho acuerdo. Lo mejor es que dicho Plan de Ajuste Estructural tiene como misión poner en marcha un abanico de reformas dolorosas tanto económicamente como socialmente para el pueblo tunecino.

Dos días después, el 22 de febrero, era nombrado Primer Ministro el que ocupaba en el gobierno de Jebali la cartera del Interior, Ali Larayedh, nombrado por el Presidente del partido Ennadha, Rached Ganouchi, sin contar con la ANC, ni con la aprobación del Presidente del Gobierno de Túnez, quién se vio obligado al día siguiente publicar un comunicado a la prensa a través de su portavoz.

Mientras seguía demostrándose la inutilidad o mejor dicho el claro boicot de la policía y del Ministerio del Interior para encontrar el o los responsables de dicho asesinato la viuda de Chokri Belaid salía de Túnez   para hacer un recorrido por los colegios de abogados de varios países de Europa y por las asociaciones de derechos humanos para denunciar el caso ante los tribunales internacionales.

Por último no se pueden olvidar la biografías de Hamadi Jebali (1) y de su sucesor en el puesto de primer ministro Ali Larayedh(2) para saber quién gobernaba Túnez y quién la gobernará a partir de ahora.

En realidad, en Túnez, la revolución está por llegar


Notas de pie de página

1.- Hamadi Jebali, era Secretario General de Ennadha cuando fue nombrado primer ministro puesto  que sigue ocupando después de su dimisión. Fue condenado en 1987 a 16 años de cárcel por terrorismo. Una vez el partido llegado al poder, el 13 de noviembre de 2011 declaró que “Túnez está entrando en el sexto Califato” Jebali usa esta referencia de la historia islámica para hablar de regeneración política con un lenguaje islámico. , la noción de Califato está vinculada a la de Estado islámico, y mencionar el califato en tiempos de transición política no es cosa de poco calibre.

2.- Ali Laârayedh, Minsitro del interior antes de ocupar el puesto vacante dejado por Jebali, ha ocupado las primeras páginas de los rotativos por varias razones de peso. Fue él quien declaró que la joven fue violada por policías por su “posición inmoral”; que Abderraouf Khammessi se suicidó en pleno interrogatorio; el de “la crisis cardiaca” sufrida por Lotfi Nagdh, después de haber sido linchado en plena calle; el que hizo la vista gorda al asalto de la embajada de Estados Unidos en Túnez; el responsable y creador de las milicias que “ayudan” a la policía en manifestaciones y concentraciones; el que es incapaz de asegurar los mítines de los partidos políticos de la oposición,…y todo esto en escasamente un año.