Esta vez, Alonso y Becerra, puntales del proyecto de gasear Tenerife, no podrán escaquearse. Vencerán, pero no convencerán – por Chema Tante
Esta vez, Alonso y Becerra, campeones del proyecto de gasear Tenerife, no podrán escaquearse. Vencerán, pero no convencerán – por Chema Tante
El proyecto de instalar una regasificadora en Tenerife, para utilizar el gas fósil, tóxico y caro, llamado natural, viene de hace más de treinta años. Viene de una época de circunstancias muy distintas de las de ahora. De cuando las tecnologías limpias de generación de energía estaban todavía muy retrasadas, sobre todo en las posibilidades de almacenamiento y en su coste.
Pero ahora, el avance de esas tecnologías limpias, más las condiciones climáticas, otorgan a Canarias la posibilidad cierta -e ineludible- de alcanzar la soberanía energética, de liberarse del peso de una factura anual de mil y pico millones de euros por importación de combustibles fósiles y de obtener los inconmensurables beneficios medioambientales derivados del uso masivo de las energías renovables en sustitución de las actuales, obtenidas con los funestos fósiles.
Todo esto lo refuta la voluntad gaseadora de Tenerife, que no atiende más que a sus propios intereses especulativos.
Una y otra vez se han expuesto a la gente gasista los contundentes argumentos en contra de su proyecto, a los que ella solamente opone las obsoletas razones de una pretendida -ya superada- imposibilidad de acumular la energía producida no utilizada, de una absolutamente falsa baratura y de una embustera ventaja medioambiental de este combustible fósil. En su cinismo exasperante, este gentuallo llega a definir al fósil gas con un combustible de transición para la implantación de renovables.
Nunca, ni el genuflexo Clavijo, ni Ortega, el comisario empresarial en su gobierno, ni el ético Alonso, ni el culichiche Becerra, su director para negocietes en el Cabildo tinerfeño, han querido confrontar sus tesis con las de la legión de gente experta que les hace ver los inconvenientes del uso del gas. Nunca, ni en el gobierno del genuflexo Clavijo, ni en el cabildo del ético Alonso han querido asumir la exhortación del insigne científico Wolfredo Wilprett, que llama a conciliar la economía con la ecología, a cuidar la casa, tanto como el beneficio de la casa.
La última vez que estos buscadores del oro a costa de la depredación del territorio y de la sostenibilidad de Canarias fueron invitados a debatir, fue en la IV Jornada organizada por la PX1NMEC y el Foro Agustín de Bethencourt, en el chicharrero Círculo de Amistad XII de enero. Pero también esta vez, la debilidad de sus teorías y su conciencia de la flaquedad de su posición condujeron a este cuarteto pusilánime a ostentar su resonante ausencia en un debate imparcial y público.
Puestos vacíos de quienes rehuyen el debate, el gobierno de Canarias y el Cabildo de Tenerife
Sin embargo, este lunes, 4 de diciembre, el ético Alonso y el culichiche Becerra no podrán quitarle el cuerpo a la controversia pública. Este lunes, el pleno del Cabildo Insular de Tenerife debatirá la “Moción para impulsar la transición energética en la isla de Tenerife y reconsiderar la introducción del gas como energía de transición”.
Con ese debate, el pueblo de Tenerife y de Canarias podría comprobar de manera definitiva de qué parte está la razón, en qué lado están quienes defienden los intereses generales de la isla y de la nacionalidad y en dónde están quienes solamente tienen una calculadora por cerebro y una cartera por alma. Y he tenido que utilizar el condicional. "Podrían", pero a las canarii se les hará muy difícil comprobar la solidez de unos argumentos y la endeblez de otros, porque ya el silencio y la tergiversación de los medios mercenarios se encargarán una vez más de que la verdad llegue empozoñada a la opinión pública.
Y, al final, para rebosar el barreño de la infamia, esta moción, como dice Fernando Sabaté, consejero de la oposición insular, “resultará derrotada por el tripartito CC-PSOE-PP (que en este asunto funciona como tal)". Porque -esto lo digo yo, Chema Tante- de nuevo estos tres partidos actuarán según su pauta acostumbrada: utilizar la política para satisfacer unos intereses especulativos privados.
En este asunto, otra vez, la derecha merece ser fustigada con la imprecación unamuniana: “Vencerán pero no convencerán”. Y el pueblo canario, a sufrir, como siempre.
Lo escribe, con dolor y rabia, y lo ratifica Chema Tante
