Sé que puede parecer terrible, pero no puedo ocultar que estoy totalmente de acuerdo con ésta categórica afirmación del líder iraní, porque responde a una gran verdad. Acaba de pronunciarla en la gira estratégica para recabar el apoyo mediático de sus aliados en Latinoamérica ante el progresivo calentamiento del frío y calculado juego de espionaje que viene manteniendo hace años con Israel y EEUU. Conviene recordar que las gerras son un gran negocio y la excusa perfecta para volver los ojos de la opinión pública americana, y de paso la de sus socios ingleses y europeos, hacia los enemigos de Occidente y su presunta carrera nuclear. Se trata, como en anteriores ocasiones, de provocar la reacción necesaria mediante cruces de declaraciones seguidas de alguna operación de engaño masivo, como un atentado en suelo americano o contra los intereses occidentales, la guinda colocada sobre el pastel de odio y venganza que alimentará el decaído orgullo patriótico. El carácter de enemigo confeso justificará realizar el correspondiente ataque preventivo, con la mayoría de la población volcada a favor de la destrucción total de todos los árabes terroristas y locos. De ese modo, la indignación ciudadana hacia el sistema y las críticas pasarán a un plano secundario, cuando los señores de la guerra tomen el mando para regocijo de las instituciones que financian la lucrativa industria armamentística reportándoles enormes beneficios.

Me viene a la memoria un sketch de los geniales cómicos argentinos "Le Luthiers", en el que los mandatarios corruptos de un país con problemas económicos y una población que se ha vuelto en su contra, se devanan los sesos pensando la manera de inventarse a un enemigo para presentarlo como la nueva preocupación nacional. Se llama distraer la atención para conseguir uno o varios objetivos, aunque todo esto no debería extrañarnos pues lo vemos todos los días con la crisis inducida ( aguda expresión de Chema Tante ), la continua manipulación mediática a la que estamos sometidos, en plena decadencia capitalista ( como también dice Ahmadineyad ).

Yo no tengo nada que ver con su cultura y seguramente me costaría mucho encontrar puntos de encuentro con su líder, al que considero un extremista, pero a pesar de ello, considero que deberíamos hacer un esfuerzo por mirar la realidad desde una óptica más amplia y aún estando totalmente en contra de la interpretación que hacen de la religión como la gran generadora de violencia ignorante, pienso que nosotros tampoco deberíamos tener armas nucleares. Así, a lo mejor nos ahorrábamos un montón de mentiras y muertes.

http://internacional.elpais.com/internacional/2012/01/12/actualidad/1326329106_879035.html