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Así podrán conocer otra de las abundantes tropelías cometidas en la era zeroliana del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Las fechorías premiadas con un dorado escaño senatorial. Canalladas que el siguiente alcalde se esfuerza por emular. Dada la categoría rufianesca de su antecesor, le será difícil a Bermúdez llegar a su altrua. Pero les aseguro que el hombre hace todo lo que puede por lograrlo. Y cuatro años dan para mucho. De moemento, ya ha empezado con esa brutalidad para mantener el PGO del saqueo urbanístico. Y la represión manu policiali de quien se alce.

Y ya que estoy, diré que tengo muchísimas ganas de que lleguen a las alcaldías personas capacxes de evitar la herrumbre en los símbolos y en los contenidos. Que se atrevan a limpiar los monumentos, los nombres de opresores en plazas y calles, los monumentos a los felones y, sobre todo, a limpiar de orín y otras sustancias a las prácticas de la administración.

No basta con quejarse del óxido. Hay que actuar con el limpiador defintivo: el voto. Para quitarnos de encima el recuerdo de los Weyler de ayer y los estropicios de los Zerolos y Bermúdez de hoy.

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