En PÚBLICO, David Bollero comenta el absurdo caso de los burdeles abiertos, en plena arremetida de la pandemia, otra vez. Lo señala el coherente veterano militante socialista, Antonio Aguado y yo Chema Tante, comparto la perplejidad por las cosas que ocurren en este mundo. Y aprovecho para recordar que las justas campañas por la abolición de la porstitución tienen que contemplar también la otra cara de la cuestión: La prostitución, en su mayor parte no es voluntaria, pero no es solamente por la trata de seres humanos, sino por el paro, la miseria, el abandono. Si no hay trabajo, si no hay amparo, no es posible luchar contra la prostitución.