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sábado, 20 de abril de 2024 01:08h.

¿Qué ha pasado en Andalucía? - por Chema Tante

Lo que ha pasado en Andalucía no puede ser proyectado al resto del estado. Las circunstancias andaluzas son muy distintas. Pero si que se pueden sacar muchas enseñanzas, para lo que tiene que ocurrir dentro de un par de meses.

 

¿Qué ha pasado en Andalucía? - por Chema Tante

Lo que ha pasado en Andalucía no puede ser proyectado al resto del estado. Las circunstancias andaluzas son muy distintas. Pero sí que se pueden extraer muchas enseñanzas, para lo que tiene que ocurrir dentro de un par de meses.

Creo que estos resultados no deben desanimar, sino todo lo contrario, a quienes nos oponemos con todas nuestras fuerzas al neoliberalismo. Una resistencia popular que en el estado representan, únicamente, los partidos PODEMOS e IZQUIERDA UNIDA. PODEMOS irrumpe con 15 escaños. Una organización como PODEMOS, con un presupuesto de campaña minúsculo, con la estructura improvisada, deprisa y corriendo, con una candidata de indiscutible valía, pero sin el conocimiento deseable entre la población, obtiene unos estupendos resultados, que le van a permitir hacer oir la voz de la gente en el parlamento andaluz. PODEMOS, además, ha tenido que superar la terrible campaña de desprestigio que han desatado las fuerzas al servicio del capital. Y eso no es poco.

Por su parte, IZQUIERDA UNIDA recibió el castigo que merece su mala cabeza reciente en Andalucía. IZQUIERDA UNIDA se tiene que enterar de una vez de que su electorado no quiere que ocupe el poder a cualquier precio. Por eso, sus votantes, le han dicho a IZQUIERDA UNIDA que con el neoliberalismo no se puede ir a ninguna parte. Y que el PsoE se ha convertido, en Andalucia, como en cualquier otra parte del estado, en un servidor muy valioso de ese neoliberalismo que atosiga a la gente.

El bipartidismo, la hidra bicéfala que conforman el PsoE y el Pp, ha vuelto a llevarse la mayoría de los escaños. Pero, ojo, no las mayoría de los votos. Ese 60% de votos válidos obtenidos, no representan más que -entre los dos- la tercera parte del electorado andaluz. Porque, otra vez, cuatro de cada diez personas, en Andalucía, no han ido a votar.

Sin embargo yo creo que hay que recordar y repetir la profunda carencia democrática de estas elecciones. Se hace imprescindible la reflexión sobre la manera en que los dos partidos hegemónicos mantienen su poder. Al Pp se le conocen, por todo el estado innumerables casos -demostrados- de corrupción y financiación delictuosa. Al PsoE. quizá no tantos en todo el estado. Pero en Andalucía, precisamente en Andalucía, las sospechas de que los militantes y el partido español que ha abandonado al socialismo y a los obreros, se han lucrado con cantidades astronómicas, son más que fundadas. Y, si no se supiera el origen dudoso de los fondos que manejan, tanto uno como el otro partido que sirven al neoliberalismo, bastaría con observar el escandaloso despliegue de comunicación que, otra vez, se han gastado. Solamente este dato debería, si no estuviéramos en un estado de derecha, invalidar estos resultados que otorgan mayorías parlamentarias a partidos que manejan perras negras y que se apoyan en mentiras más negras todavía.

Por otra parte, habría que considerar también, en términos estrictamente estadísticos, que si PODEMOS e IZQUIERDA UNIDA hubieran presentado una lista conjunta, los escaños serían por lo menos seis o siete más. Esa unión no era posible, en esta ocasión, porque IZQUIERDA UNIDA debía purgar solita su error pactista. Pero sí que es bueno tener en cuenta, otra vez, los beneficios de la unidad.

Por eso, yo creo que los resultados en Andalucía no deben desanimar, porque no indican necesariamente lo que puede ocurrir, en todo el estado, en las próximas elecciones de mayo. Es cierto que la coyunda sumisa al neoliberalismo seguirá contando con los cuantiosos recursos provinentes de sus malas mañas. Pero enfrente tienen al pueblo organizado para actuar en política. Ojalá que en unión; pero si no es posible, para nuestra desgracia, PODEMOS e IZQUIERDA UNIDA, con otros partidos que por todas partes también se oponen localmente al neoliberalismo, tendrán que dar la batalla. Que no está perdida, ni mucho menos.