Buscar
jueves, 25 de abril de 2024 09:47h.

La HOAC exige un EMPLEO DECENTE para los desempleados, trabajadores y autónomos

La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de la Diócesis de Canarias ha acordado en su asamblea hacer una llamada a toda la sociedad, sindicatos, empresas y colectivos cristianos a dar a conocer y luchar para que el empleo deje de ser precario y se convierta en decente para que posibilite de verdad una vida digna.

La HOAC exige un EMPLEO DECENTE para los desempleados, trabajadores y autónomos

 

La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de la Diócesis de Canarias ha acordado en su asamblea hacer una llamada a toda la sociedad, sindicatos, empresas y colectivos cristianos a dar a conocer y luchar para que el empleo deje de ser precario y se convierta en decente para que posibilite de verdad una vida digna.

Nos llegan noticias de que la crisis esté tocando fondo y empiece a reactivarse la economía con la creación de nuevas empresas y empleos. Sin embargo, vivimos con mucha preocupación que todavía existan en Canarias 362.300 personas desempleadas    y que la precariedad y la temporalidad del empleo siguen creciendo. La desigualdad se ha ensanchado, porque hoy en día tener un empleo no es igual a salir de la pobreza, como aseguran los sindicatos y Cáritas.

En tal sentido el 31,1% de los contratos existentes en Canarias son precarios. De cada diez nuevos contratos de 2014, nueve fueron  temporales; y de los indefinidos cinco de cada seis son parciales y mayoritariamente de mujeres, que suelen trabajar más horas de las contratadas.

Además siete de cada diez nuevos empleos creados en el último trimestre de 2014 fueron de emprendedores. Al respecto, la HOAC alerta de que buena parte de los nuevos autónomos son en realidad trabajadores en precario de otras empresas, de las que a veces siguen dependiendo, trabajando mucho más y cobrando menos. Se estima que en España se hacen 10 millones de horas extras sin pagarse.

Este movimiento obrero entiende que urge unir fuerzas para construir colectivamente alternativas a estas situaciones indignas y que todos a nivel personal, social, sindical, político, empresarial y, en nuestro caso, movimientos cristianos nos impliquemos para lograr un sistema más justo en el mundo del trabajo que posibilite un empleo decente donde las personas sean lo primero y  podamos vivir con dignidad como Dios quiere.