Inviolable no significa que no se les pueda reprobar - por Chema Tante
Inviolable no significa que no se les pueda reprobar - por Chema Tante *
Carmen Calvo, la vice del gobierno de este estado de lo que va quedando del imperio español ha largado, sin ponerse colorada que un Parlamento autonómico no puede cuestionar la figura del jefe del Estado, que es inviolable. Ignorancia andante. Felipe Borbón será inviolable, pero no es de ninguna manera irreprochable.
La vice y todo el gobierno hacen patente su ignorancia y su servilismo, proponiéndose recurrir al Constitucional una decisión soberana de un Parlament que representa al pueblo.
La inviolabilidad supone, simplemente, que quien ocupa el trono heredado de Franco no está sujeto a responsabilidad penal. Es una barbaridad, se mire por donde se mire, pero es lo que dice la Constitución. Y, hasta que consigamos una Constitución como es debido en democracia, hay que aguantarse. Pero en ninguna parte se dice que no se pueda criticar ni tampoco reprochar y, por tanto reprobar a un funcionario del estado por muy arriba que lo haya puesto el dedo sanguinario del dictador.
Lo que ha hecho el Parlament de Catalunya no ha sido más que expresar lo que piensa mucha gente catalana, pero también lo que pensamos mucha gente de otros pueblos de este estado imperial, Por lo menos, yo puedo decir que también "rechazo y condeno el posicionamiento del rey Felipe VI y su intervención en el conflicto catalán, así como su justificación de la violencia por parte de los cuerpos policiales el 1 de octubre" y "reafirmo mi compromiso con los valores republicanos y apuesto por la abolición de una institución caduca y antidemocrática como la Monarquía".
Porque cada día nos dicen que podemos ser republicanos y hasta independentistas, pero mucho cuidado con decirlo o con intentar realizar nuestras ideas.
Porque nadie nos va a obligar, salvo por la fuerza violenta, a aceptar que no vemos lo que vemos ni sentimos lo que sentimos. La monarquía repugna, por sus orígenes franquistas al más elemental espíritu democrático. Y las dos personas que se han encasquetado la corona en estos tiempos, Juan Carlos y Felipe, han demostrado, con sus actos que desprecian a las personas que ellos consideran sus súbditas. Estas dos personas podían haber intentado ganarse la simpatía, con su actitud, pero se han dedicado, el uno, a hacer todo lo que sospechamos y, el otro, a demostrar su intolerancia.
Porque la inviolabilidad se la concede la Constitución, pero el respeto se lo tenían que ganar. Y no lo han hecho.
* Lo escribo y lo sostengo yo, Chema Tante
