La sociedad chicharrera queda huérfana al perder a un ciudadano ejemplar, activo, que luchó siempre por una sociedad más justa y democrática

Audio del homenaje 

SB-Noticias.- José Antonio Castro "El Mae", fundador de la escuela Montessori, fallecía el pasado lunes a los 85 años de edad. En el sepelio de esta insigne figura de la enseñanza en Tenerife, celebrado hoy en el cementerio de Santa Lastenia de la capital tinerfeña, se dieron cita cientos de amigos, alumnos y familiares que honraron su figura con un emotivo acto homenaje, en el que quedó de evidencia el profundo amor y respeto de quienes lo conocieron.

A lo largo de su dilatada carrera como docente, “El Mae” inculcó siempre a sus alumnos la necesidad de trabajar para lograr una sociedad libre, democrática, con capacidad crítica y de defensa de sus derechos fundamentales, una sociedad más justa, cuestiones que no resultaron indiferentes para las generaciones que han pasado por el Montessori a lo largo de estas décadas, como tampoco para el conjunto de la sociedad chicharrera, que lo respetaba y amaba, como recordaron visiblemente emocionados sus familiares en su despedida.

En un acto de homenaje a la figura de este magnífico docente, mejor persona, celebrado en la capilla del cementerio de Santa Lastenia, abarrotada de allegados y ex alumnos, sus familiares dieron las gracias a todos quienes en las últimas horas les han expresado sus condolencias, por las numerosas muestras de dolor manifestadas, similares términos expresados por la comunidad educativa del Montessori.

Orgullosos de ser familia y compañeros de “El Mae”, manifestaron en este acto de homenaje que se trató de una persona entrañable para todo el mundo, destacando que José Antonio Castro puso su granito de arena en la mejora de la Educación que se brindaba en Santa Cruz de Tenerife cuando fundó la escuela Montessori, con unos métodos revolucionarios en tiempos del franquismo.

Representantes de diversas generaciones a alumnos del Montessori dejaron claro que a “El Mae” solo había que conocerlo para comprender la enorme importancia que tenía en Santa Cruz de Tenerife, ciudad en la que era respetado y querido, no en vano inculcó siempre, generación tras generación, dentro y fuera de las aulas, que las cosas, por muy complejas que sean, se pueden cambiar y lo hizo desde el fomento de valores como el respeto, la lealtad, la generosidad y la lucha.

Amar, respetar y convivir fueron enseñanzas que siempre conculcó entre el alumnado del Montessori, no en vano entre sus mayores preocupaciones como docente estaba el convertir a sus chicos en seres humanos con valores, no simple humanoides como promueve el sistema, por eso fomentaba el sentido crítico con lo injusto, la reflexión sobre la realidad que nos rodea para poder cambiarla, no en vano siempre decía que se puede hacer mucho para ayudar a quienes están sufriendo injusticias y desigualdades, porque estaba convencido de que merecía la pena luchar por un mundo mejor, más justo y solidario.

El homenaje de cerró con la interpretación de la Internacional y una atronadora ovación de los presentes en el sepelio, un aplauso generalizado que se prolongó por espacio de varios minutos y después un silencio respetuoso a su figura.