Mutilados del ejército de la II República, Víctor Moreno en NUEVA TRIBUNA
Ahora que ya van quedando pocos, no sé siquiera si alguno, Está muy bien este recuerdo reivindicativo que hace Víctor Moreno en NUEVA TRIBUNA, de los mutilados del glorioso Ejército Popular de la república. El artículo, que señala el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado, repite las justas memorias e insiste en la diferencia entre el sadismo oficial administrado por la banda alzad contra el gobierno legal y los crímenes en el lado republicano, que fueron duramente reprimidos por las autoridades republicanas. Y Moreno, además, hace constar dos detalles importantes. Uno, que hubo zonas, en las que los crímenes franquistas fueron tan crueles y numerosos como en el resto, pero sin una sola víctima del lado franquista. Moreno cita Navarra y yo, Chema Tante, apunto Canarias, donde hubo represión sin guerra. Y dos, que las organizaciones de mutilados de guerra republicanas, desde el primer momento, reconocían derechos a los afectados de ambos bandos, en tanto que el bando faccioso, jamás adjudicó derecho ninguno a los combatientes de la República.
Antes, incluso de terminar la guerra, crearon la Liga Nacional de Mutilados e Inválidos de la Guerra, cuyo objetivo era reivindicar un trato justo para su situación, por ser personas y por ser españoles. Su actitud fue de una generosidad universal y rompería cualquier criterio de endogamia y egoísmo. En sus Estatutos Fundacionales establecerían “la inclusión de cualquier mutilado o inválido de cualquier bando, tanto el que se rebeló contra la República como el que le fue fiel”, tenían derecho a una pensión, pues ambos habían sido soldados españoles. Un gesto de generosidad que nunca plasmó el Cuerpo Benemérito de Mutilados de Guerra del mal llamado bando nacional. Menos todavía sus autoridades militares que jamás estuvieron por mover un dedo por la reconciliación. Jamás.
