Uno de los argumentos estrella de los promocionadores de la actividad petrolera cercana a Canarias es el río de oro que esa barbaridad fósil va a derrmar sobre las islas. Como ya se desmontó la falacia de la construcción de empleo, se inventaron una pretendida participación de Canarias en la tasa que paguen las petroleras. Otra mentira, mayor y más fácil todavía de refutar que la otra, aunque ambas calen en la ingenuidad popular. Pepe Quintana  se ocupa  con rigor y maestría del tema en SIETE SITIOS.