El periodismo entre las Españas y el Gobierno, Alberto Vila
En PUBLICOCOSPIA, Alberto Vila habla del grado de prostitución a que ha llegado el periodismo comercial.
Después de confesar -como si eso fuera un bochorno- que él no es periodista, Alberto parte de una cita larga y valiosa de Carmen del Riego, en CUADERNOS DE PERIODISTAS de la Asociación de la Prensa de Madrid, que denuncia el mismo problema de la venalidad en que ha caido el periodismo. Alberto equipara este artículo al J'Accuse zoliano, aunque Carmen escribe con cierto pudor, un tanto eufemísticamente.... "Me estoy refiriendo a otras prácticas diarias, menos descaradas, casi aceptadas por casi todos, pero igual de dañinas, no solo para la profesión, sino para los ciudadanos que reciben información no exacta, por no decir no veraz. Si cada ejemplar de periódico o página web que lee un ciudadano responde más a los intereses políticos, económicos o de cualquier otro sector que a los de los lectores, estaremos engañando a nuestra audiencia y prostituyendo el periodismo.”, dice Carmen del Riego.
Yo creo que manifestar la opinión propia no es solamente incumbencia profesional de periodistas. Toda la vida ha habido gente como Alberto Vila o como yo mismo, que se han asomado a los medios de comunicación para tratar mil asuntos, sin ser periodistas. Lo que ocurre es que en estos tiempos desgraciados, la prensa convencional está absolutamente presa de sus condicionamientos económicos. Y, como el poder económico es de derechas, por definición, la mayoría de las informaciones publicadas en esos medios adolecen de un sesgo manifiesto en ese sentido. En los medios de comunicación masiva solamente aparecen opiniones o informaciones que favorezcan a la izquierda, cuando no hay más remedio o cuando su altura intelectual elimina el riesgo de que lleguen al gran público.
Esto no es un pecado de los y las periodistas. Quienes se prostituyen son las empresas. Las y los profesionales se limitan a ejercer con la honradez que pueden su trabajo. E incluso hay una buena proporción que se esfuerzan heroicamente por colar como pueden la verdad en esos medios.
Y por eso siempre ha existido también la prensa alternativa, que ahora tiene mucha mayor amplitud, porqeu la tecnología pone a disposición la posibilidad de la prensa digital. Y en los medios alternativos, como la propia PUBLICOCOSPIA o La casa de mi tía, un montón de gente, periodista o no, bregamos para intentar contrarrestar el efecto maligno de la prensa comercial.