Al profesor Wolfredo Wildprett, con todo respeto - por Chema Tante

Le escucho, profesor Wildprett, en el programa de Juan Carlos Castañeda HOY POR HOY LA PORTADA de la SER en Tenerife, tratando del controvertido asunto de las cianobacterias. Trata usted de quitarle importancia a este asunto, exhortándonos a "quienes no sabemos" a atender a las declaraciones de los científicos.

Como no hay en Canarias quien pueda cuestionar, doctor Wildprett, su calidad humana, su integridad personal, su categoría académica ni su autoridad científica, debo colegir que su empeño en quitarle hierro a la posible peligrosidad de la dichosa trichodesmium erythraeum obedece a la buena intención de que no se creen alarmas. 

Pero, como se decía en otros tiempos, "el mejor escribano echa un borrón" y mucho me temo que en esta caso, estimado doctor Wildprett, se ha columpiado usted lastimosamente.

Porque, con sus palabras, doctor Wildprett, no ha demostrado nada. Ni han removido ninguna alarma. Todo lo contrario. Porque incluso, cuando usted alega que se bañó en el mar con las dichosas algas, agrega que lo hizo "porque vio que había pocas". Porque no parece muy convincente su refutación de los informes de los técnicos israelíes, diciendo que "una cosa es Israel y otra Canarias", cuando los propios Edo Bar-Zeev y Eyal Rahav han afirmado claramente que los resultados de sus investigaciones son aplicables a estas islas.

Usted doctor Wildprett, pasa de largo en sus declaraciones, sobre dos aspectos fundamentales de esta historia. Una, que lo que se denuncia no es la alta peligrosidad actual de las cianobacterias, sino del riesgo a futuro. Algo que ya denunciaba en 2011 el llorado doctor Guillermo García-Blairsy Reina, director entonces del Banco Español de Algas. Y la otra, que, con independencia de que exista o no relación causa efecto entre los vertidos de aguas sucias al mar y la proliferación de las cianobacterias, cosa que no ha sido refutada, no puede ser aceptable que varias de nuestras islas -la mayoría- larguen al mar sin depurar lo que los dos millones y medio largos de canarii y la choniada que nos agobia excretan y orinan a diario.

Nos dice usted, insisto, doctor Wildprett que "atendamos a quienes saben" Y eso hacemos. Leemos el informe del Banco Español de Algas, firmado por el taxónomo Emilio Soler y la curator Antera Martel, que dice, entre otras lindezas, que la trichodesmium erythraeum es "una especie nociva y  en algunos casos, tóxica". O las declaraciones de su colega de usted, doctor Wildprett, catedrático de la ULL, doctor Arturo Hardisson; “Si las cianobacterias causan cáncer en ratones, es obligatorio evitarlas en humanos”​. O lo que decía ya en 2004 un grupo científico, en el que figuraba el taxónomo Emilio Soler "Existe abundante literatura que relacionan las microcistinas con cáncer en humanos, como "Nitrato y Nitrito Ingeridos y Toxinas Peptídicas de Cianobacterias". O, para no ser más largo, leo al también colega suyo, doctor Wildprett, Carlos Elías, catedrático de la uc3m y la UNED: "A mí, como experto en ciencia y sociedad, no me interesa tanto si las cianobacterias producen cáncer, como cuáles son las circunstancias sociales y políticas de un entorno para que un científico como Soler se aterrorice de esta manera y pierda su dignidad." .

Como puede comprobar, doctor Wildprett, hay miríadas de testimonios científicos a los que la gente ignorante podemos acudir. Claro que no todos arriman la candela al cochino del genuflexo Clavijo. O sea, que la alarma social sigue presente. Y bastante que lo siento.

Así que, mi muy respetado y admirado doctor Wildprett, sigo sus instrucciones. Atiendo a quienes saben, Pero ni usted, ni el taxónomo Soler, ni nadie, podrá convencerme de que no sé leer ni puedo comprender lo que está claramente escrito en mi lengua nativa.

Le guste o no le guste al genuflexo Clavijo.

Lo escribe y lo ratifica Chema Tante