El confinamiento de la crisis del coronavirus ha cambiado nuestras vidas y lo que es peor ha empobrecido a sectores de la población. Empezamos ya a ver la luz al final del túnel, y esa visión nos anima a luchar y hacer realidad lo que hemos visto más claro: la urgente necesidad de construir un mundo más justo, más humano y más solidario.
Esta reclusión nos ha dado tiempo para reflexionar sobre la situación y las consecuencias de la crisis y compartir sus hallazgos. La Realidad y La Palabra os invita a visitar las páginas de ATTAC-Madrid, ATTAC-España y Attac TV donde encontraréis esos frutos en forma de artículos y videos (debates y entrevistas que realizamos en directo los viernes y algunos martes) que acompañen vuestras reflexiones y os abran a posibles soluciones. Los últimos videos: Financiar la Crisis ¿Cómo?, Y después del virus ¿Qué?
Este nano agente infeccioso, nos ha cambiado la vida, pero nos ha dado grandes lecciones de humanidad. Nos ha sacado de nuestra ilusión de seguridad, y nos ha mostrado nuestra vulnerabilidad como seres humanos, al mostrarnos que la ciencia y la tecnología no son la solución a todo. Hemos adoptado el jabón, coser mascarillas y el aislamiento social para mejorar nuestra seguridad. ¡Qué lección de humildad!
Hemos tomado conciencia de que el mundo es un sistema en el que todo elemento, por insignificante que parezca, interactúa con otros y puede influenciar el conjunto. Pero sobre todo hemos experimentado la inter-dependencia: todos dependemos de todos y la inter-conexión. Hemos sentido fuertemente la necesidad de relaciones humanas cercanas, significativas. Y hemos descubierto que la unión y la colaboración son esenciales para vencer al coronavirus. Si no aprendemos esas lecciones todo el sufrimiento de la pandemia será en vano.
La Covid-19 nos ha mostrado que la enfermedad más importante de nuestra época no es el coronavirus, sino la desigualdad social y que las causas profundas de la pandemia radican en la crisis ecosocial sistémica que vive la humanidad. La destrucción de los ecosistemas facilita la transmisión de enfermedades entre especies.
El personal sanitario, casi todos ellos funcionarios públicos, para quienes la salud de la población no es una mercancía sino un derecho humano, se ha ganado el respeto y la estima de la sociedad.
La pandemia ha expuesto la realidad de nuestras sociedades capitalistas: la pobreza, la exclusión social y la desigualdad, mayores de lo imaginado. Y ha mostrado las deficiencias de un sistema de salud pública corroído por las privatizaciones en masa, con el único interés del lucro y no de mejorar los servicios a la población y cuyo precio ha sido las pérdidas de vidas humanas y un gran sufrimiento. De ahí la necesidad imperiosa de un sistema de salud pública capaz de lidiar con crisis sanitarias de gran envergadura.
El informe Hambre e inseguridad alimentaria en la Comunidad de Madrid nos descubre la pobreza del 15% de la población de la Comunidad más rica de España. Es evidente que hay que potenciar una salida de la crisis que no sea meramente coyuntural, sino que aborde en profundidad, a medio y largo plazo, las causas estructurales de la pobreza, de la inseguridad alimentaria y de la exclusión.
En el plano económico, el confinamiento ha producido el colapso completo de la demanda, la interrupción de las cadenas de suministros, la caída de la producción y con ello: millones de trabajadores despedidos y pérdida de beneficios para las empresas. El desplome de los mercados de valores y de los monetarios fue la primera consecuencia seguida por una crisis económica de medidas incalculables.
Hemos constatado la dependencia de otros países para las necesidades básicas y sanitarias, y fallos en las cadenas de aprovisionamiento y en la producción de bienes estratégicos como medicinas y alimentos.
La declaración conjunta de ATTAC Europa sobre Covid-19 hace propuestas para prevenir los terribles daños sociales y las violaciones de los derechos democráticos y posibilitar la transición a otro sistema, basado en la solidaridad social y el respeto al medio ambiente. Y ha molestado a algunos desde Austria a España a juzgar por sus respuestas en medios.
Hoy se cuestionan los excesos de la globalización económica y se rechaza el capitalismo que ha permitido desigualdades obscenas. El discurso de algunos defensores de la ideología neoliberal está cambiando. Hay una espera latente por un nuevo orden mundial, expresada por el meme « No queremos volver a la normalidad, porque la normalidad es el problema. » Pero la Unión Europea, Japón, Corea del Sur y Pekín siguen defendiendo la globalización. Es un momento de posibilidades de una profunda transformación o volver a “más de lo mismo”. Una gran parte de la humanidad no quiere seguir viviendo en un mundo tan injusto, tan desigual y tan ecocida.
Aprovechemos esta oportunidad para afrontar cambios profundos, maneras más responsables y sostenibles en la forma de producir, consumir, trabajar y desplazarnos, en las relaciones personales y sociales pero también en las políticas públicas, apostando por la re-construcción de un Estado de bienestar y la reducción de las desigualdades y la pobreza en todas sus dimensiones.
ATTAC Madrid
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