Susana Guerrero: No permitiré que entreguen a mi hija a un violador condenado y confeso

Entrevista en Radio San Borondón

Desgarrador testimonio el de Susana Guerrero, madre de Nayra, una niña de 10 años, que es posible que en breve  deba volver con su padre biológico, condenado por malos tratos hacia Susana y denunciado por presuntos abusos contra la menor.

Susana Guerrero, que ha residido en Canarias durante años, ofreció una extensa entrevista en RADIO SAN BORONDÓN, en la que expuso con detalle la dramática situación que llevan soportando ella y su hija menor, sin que ni las administraciones públicas, ni la justicia hayan sabido dar una salida digna. Se expresó con mucho dolor, pero convencida de que dar a conocer su tragedia puede ayudar a otras mujeres que se encuentran en circunstancias similares. 

Susana es una joven de 28 años, maltratada y abusada sexualmente desde su infancia por su padre  de acogida, a quien la sociedad y el sistema judicial han dado la espalda y lejos de rescatarla de su maltratador, la han condenado a sufrir  maltrato, violación y chantajes, en una suerte de espiral ascendente, que ahora ve como se puede repetir con su hija.

El día 7 de junio, la Audiencia de Toledo debía deliberar si ratifica la sentencia del juzgado de Talavera de la Reina que sentenciaba la retirada de  la custodia a su madre y devolver la niña a su padre biológico. A la espera del resultado, Susana no entiende como le pueden quitar la custodia de su hija amparándose en el falso Síndrome de Alineación Parental (SAP). 

Este síndrome  carece  de consenso científico por no reunir los criterios metodológicos científicos y no es reconocido por la Organización Mundial de la Salud ni por el Consejo General del Poder Judicial, que no permite utilizar el síndrome para tomar una decisión judicial. Se trata, según los expertos, de una construcción ideológica utilizada como instrumento de defensa de padres acusados de maltrato, incesto y/o abuso. Vendría a ser un lavado de cerebro al cual uno de los padres -generalmente la madre- somete al hijo o la hija en contra del otro progenitor -generalmente el padre-, logrando de este modo quitar a ese padre o esa madre el derecho a permanecer junto al niño o la niña, pudiendo llegar a hacer creer a la criatura que el padre o la madre ha abusado de él/ella. 

Susana acusa al Partido Judicial de Talavera de haber actuado en todo momento en su contra y protegiendo a su agresor. No entiende como el mismo juzgado  que condenó al hombre por violencia machista, es el que ha decretado que Guerrero debe entregarle la custodia de la niña.  No comprende tampoco como se permite que fiscales y jueces admitan el uso del SAP (síndrome de alienación parental) en las sentencias sobre custodias de menores. Un  síndrome no consta en ningún vademecum médico y es rechazado incluso por el Consejo General del Poder Judicial.

Susana ha perdido la cuenta de las órdenes de protección que ha pedido para que su hija no sea devuelta a su padre biológico “he pedido más de 40 ó 50 órdenes de protección”. Y aunque está exhausta y desengañada, aún asegura guardar un resqucio de fe en algunos miembros de la justicia.

“Lo único que he hecho es luchar por la protección de mi hija y por sus derechos” afirma, y asegura que el haberse enfrentado a todo un sistema corrupto le ha costado la vida “este señor está condenado pero a quien persiguen es a mí” lamenta y añade que están acabando también con su salud “No descanso, apenas duermo tres horas, no me dejan vivir, ni trabajar...”.

Una noticia positiva

Este martes, Susana recibía una noticia que califica como “una pequeña ráfaga de esperanza”. La Fiscalía  provincial de Las Palmas de Gran Canaria, ha declarado de acuerdo con el artículo 324 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal la especial complejidad de la causa, lo que supone amplían el plazo de la investigación por agresiones y violencia hacia ella durante 8 meses mas.

Una terrible trayectoria vital

Nacida en una familia desestructurada, Susana recuerda como su madre pegaba a sus hijos “nos rompía palos en las costillas”, explica.
A raíz de esa situación,  fue acogida por una familia, momento en el que la niña pensó encontrar la protección, así como la figura de un padre, de lo que había carecido hasta entones. Sin embargo esa persona se convertiría en su maltratador y violador desde los 13 años.

Susana explica lo difícil que es para la sociedad llegar a entender el proceso que sufre una víctima de abusos sexuales continuados: “El maltratador se encarga de convencerte de que lo que hace es normal, y la víctima tiende a ver a ese agresor como un salvador...”. 

Al pasar el tiempo fue siendo consciente de la situación y finalmente este hombre entró en prisión acusado de agresiones hacia ella, a raíz de una investigación y denuncia policial. 

A tiempo que su agresor entra en la cárcel a Susana la envían a un Centro de Menores “ha sido una de las peores experiencias de mi vida”. Asegura que la sociedad está equivocada “estos centros no protegen a los niños, al contrario allí sufrimos mucho. Nadie supervisa las palizas que nos dan o las pastillas que nos obligan a tomar para mantenernos dopados” . Esa es su terrible experiencia  sufrida en los diferentes Centros a los que fue enviada “al fin y al cabo somos considerados como un estorbo”. 

Posteriormente esta persona es puesta en libertad provisional “cuando conocí la noticia, mi sensación fue de querer morirme y de hecho no me avergüenza decir que intenté suicidarme”. Y paradójicamente, mientras el maltratador es puesto en libertad, la víctima es castigada, pues fruto de ese intento de suicidio es ingresada en un psiquiátrico.

A pesar de que a Susana la cambiaban con frecuencia de Centros, explica que este individuo la encontraba, la  sacaba y volvía a reeditarse la situación de maltrato, abusos y chantajes, sin que desde la administración nadie le ofreciera la mínima protección. Además se pregunta quien lo informaba de los lugares donde estaba, si esa información sólo la conocía el Partido Judicial de Talavera.

Con 16 años, Susana declara en sede judicial no haber tenido relaciones sexuales con este señor “con sus secuestros emocionales y sexuales consiguió que yo declarara lo que él quería” explica.  Sin embargo un año después la joven queda embarazada, de la misma persona. 

Con la voz entrecortada, Susana acusa también a la esposa de permitir y colaborar en las violaciones y se pregunta cómo unos supuestos padres que la acogieron en su familia, le arruinaron su infancia y adolescencia. 

Ordenes de protección

Susana ha perdido la cuenta de las órdenes de protección que ha pedido para que su hija no sea devuelta a su padre biológico “he pedido más de 40 órdenes de protección. Y aunque está exhausta y desengañada de la justicia aún asegura guardar un resqucio de fe en la justicia.

No entiendo que como me pueden quitar la custodia de mi hija amparándose en el falso síndrome de alineación parental.