Con la repulsa al Puerto estúpido de Granadilla, la oposición al PGO de Santa Cruz de Tenerife es uno de los hitos de la historia de las luchas sociales de Tenerife y de Canarias. Este PGO constituyó un  cínico intento de beneficiar a la especulación urbanística en un municipio saturado, carnete de suelo para construir. Entre otras, la artimaña brutal de "fuera de ordenación" consistía en recortar derechos urbanísticos a muchos edificios ya construidos, con la intención espúria de aliviar administrativamente el abarrotamiento residencial y permitir así la concesión de licencias para erigir descomunales rascacielos. Una barbaridad especulativa contra la que se alzó el pueblo chicharrero, la gente que asumió con orgullo el despectivo apelativo de "terroristas sociales" que le largara el funesto Suárez Trenor. Ahora, tantos años después, el TSJC da la razón a las y los "terroristas sociales" y dictamina que el PGO del alcalde Zerolo y su colaboradora eficaz, Luz Reverón, es ilegal.