Buscar
viernes, 29 de marzo de 2024 10:20h.

No se puede avanzar en socialismo, si no lanzamos ideas utópicas, pero posibles, acerca de cómo cambiar la producción y cómo distribuir con equidad

Abriendo sendas por el socialismo (1) - por Carlos Martínez

 

frase martínez

Abriendo sendas por el socialismo (1) - por Carlos Martínez, politólogo, secretario general del Partido Socialista Libre Federación, miembro del Comité Científico de Attac

La revitalización de los ideales y la esperanza socialista que se abre en diversos países del mundo contrasta con la ausencia de un debate eficaz sobre la causa socialista en la vieja Europa entre amplias capas militantes excepción hecha en Gran Bretaña y con serias dificultades o en el movimiento feminista.

Una y mil veces hemos de repetir que el socialismo no se corresponde con la acción comprometida con el capitalismo y las derechas parlamentarias de la “tercera vía” el “felipismo” o el socioliberalismo que no representan sino un abandono total de las ideas emancipadoras de la clase trabajadora, del género humano. Eso es una burda apropiación carente de ética y de vergüenza de la palabra socialismo y lo que sobre el entendían sus precursores y precursoras incluidos, no solo Marx y Engels, sino Kaustky, Pablo Iglesias o Rosa Luxemburgo y los ya más cercanos como Salvador Allende o Jeremy Corbyn. Vamos, hasta Bernstein se rasgaría las vestiduras ante tipos que tanto han hecho por destruir sus ideas y acabar con las conquistas del movimiento obrero.

No se puede avanzar en socialismo, si no lanzamos ideas utópicas, pero posibles, acerca de cómo cambiar la producción y cómo distribuir con equidad y responsabilidad la riqueza entre todas y todos y no solo entre unos pocos. Pero tampoco podemos avanzar hacia el socialismo, sin hacer una crítica del capitalismo y lo nefasto que resulta para la humanidad. Un capitalismo que está destruyendo el planeta y sumiendo en la miseria a millones de personas. Un capitalismo que a su crisis, que es la continuación de la de 2008, incrementada por el coronavirus, se va a enfrentar a ella de forma cada vez más salvaje y destructora del bienestar, la alimentación y la felicidad de las clases populares.

Esta tarea a la que humildemente pretendo contribuir no la podemos abordar en un artículo y por tanto serán necesarios dos más al menos, pero de forma sencilla y didáctica, aunque parezca simplista.

Lo primero que hemos de saber es cuál será la reacción de la derecha ante cualquier intento de que las clases obreras y populares traten de avanzar en la toma de poder político y por tanto caminar hacía el reparto. El populismo de “izquierda” ha hecho mucho daño a las izquierdas pues además de renunciar a la clase, se abstrae de denunciar que es y que significa realmente el poder burgués con el que acaba colaborando en nombre del patriotismo, al igual que lo hace el socioliberalismo o falso socialismo de carácter burocrático, profesional y colaboracionista no solo con el capitalismo, sino con las derechas, la monarquía en el estado Español y con las posiciones cerradas entorno a una Constitución otorgada y en gran medida impuesta en 1978, siendo lo peor que ciertos personajes de ese entorno, incluso colaboran con los reduccionistas y revisionistas de extrema derecha de esa Constitución y todavía no doy nombres porque en mi opinión son más de los que encabezaron la escisión del PSOE en Suresnes. 

Bien vamos al primer apartado, la toma incluso democrática del poder por parte de las clases trabajadoras y por la vía parlamentaria. En este sentido recomiendo leer a Karl Kaustky, este de forma muy clara denuncia que si la burguesía viera peligrar sus privilegios y riquezas por parte del proletariado organizado y/o los partidos y sindicatos socialistas antes destruiría el parlamento y la democracia que consentirlo. Por eso cuando un o una socialista escucha las peroratas golpistas de VOX, el PP y los movimientos militaristas reaccionarios, no se extraña, no le puede extrañar, no los llama a que sean buenos y se dejen de radicalismos, saben que ese golpismo es intrínseco a las derechas y las instituciones derechistas pues su idea es sostener el capitalismo. Lo que hace, es organizar a la clase trabajadora y las clases populares y proponer un discurso de liberación e igualación ilusionante y apoyado en hechos, no en titulares.

En nuestro mundo, en nuestra España, en Europa cualquier peligro ha sido conjurado antes de que pudiera cuajar y los casos de Sanders y sobre todo Corbyn son muy elocuentes. A Allende simplemente lo liquidaron, le dieron el golpe y acabaron con él. En el reino de España la destrucción a martillazos de la lápida de Largo Caballero es una demostración de lo que están dispuestos a hacer con cualquier socialista las derechas. Por eso surgió Felipe González y su escisión del PSOE es la base fundamental del apoyo a la monarquía. Cuando Casado recrimina a los escisionistas del PSOE sus alianzas y exige vuelvan a la senda “constitucional”, lo hace porque sabe que sin ellos es imposible mantener la corrupción institucionalizada y una corona al menos pre-democrática. 

También Kaustky afirma que el paso inicial para construir el socialismo es la república democrática. Democracia republicana imprescindible para cualquier avance por tanto para el socialismo y no hablo de quienes usurpan su nombre, la República es algo más que una forma de jefatura del estado. Pero la cuestión republicana supera a los partidos y debe ser popular, por ello el republicanismo advenedizo y exclusivista que Podemos intenta monopolizar, puede ser fatal para la causa republicana, advierto.

Estamos ante una cuestión de poder. Sin poder cambiar las leyes y las constituciones, poder construir una alternativa no habrá avances. Esto es algo que los socialistas sabían de sobra y saben en muchos lugares del mundo. Sin cambio constitucional no habrá democracia. Los parecidos entre España y Chile en cuanto a su origen constitucional contemporáneo son más parecidos de lo que a muchas y muchos les gustarían. Por eso hay que ir a una constituyente.

El socialismo es imprescindible al objeto de impedir el cambio climático, el capitalismo verde llega tarde ya y encima es un engañabobos. La lucha por la igualdad de las mujeres y el fin de la opresión y explotación violenta que se ejecuta contra su sexo es parte fundamental de la lucha por la igualdad y el reparto justo. Sin feminismo no hay socialismo, pero sin ecosocialismo no hay futuro. 

Para ello es imprescindible reconstruir el discurso socialista tal y como autores y economistas latinoamericanos y anglosajones están haciendo ya.

Que nadie se alarme, desde Miguel Mazzo, Paul Cockshott, Allin Cottrel, Cynthia Lub, Josefina L. Martinez, Tasia Aranguez a Owen Jones se está entre otras y otros muchos, reflexionando y proponiendo la construcción de la senda de la igualdad, el socialismo, la lucha de clases y la lucha de las mujeres oprimidas a las muchas experiencias prácticas y declaraciones del ecosocialismo al objeto de cambiar el mundo y para ello superar el capitalismo, se está trabajando y mucho, ahora hace falta recuperar el discurso socialista y hacerlo llegar a los y las pobres del mundo, a las clases populares y obreras.    

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Carlos Martínez

carlos martínez

 

MANCHETA 9