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jueves, 28 de marzo de 2024 09:57h.

Agustín  Millares  Sall, el centenario de un poeta comprometido  - por Ana Beltrán

agustín millares sall

ana beltránEl primer libro que leí de Agustín Millares Sall lo compré un mes de agosto en Lanzarote, en las fiestas de san Ginés. Y no en una librería, sino en una especie de pequeño mercadillo ubicado en una plaza. Cuando salí de la isla ya lo había leído, y lo único que recuerdo es que me fascinó. Corría entonces el año 1965.  

 

agustín millares sall

Agustín  Millares  Sall, el centenario de un poeta comprometido  - por Ana Beltrán *

más lejos que yo amargoEl primer libro que leí de Agustín Millares Sall lo compré un mes de agosto en Lanzarote, en las fiestas de san Ginés. Y no en una librería, sino en una especie de pequeño mercadillo ubicado en una plaza. Cuando salí de la isla ya lo había leído, y lo único que recuerdo es que me fascinó. Corría entonces el año 1965.  

Quizá no se entienda  lo que voy a decir, pero lo cierto es que ese libro desapareció de la estantería (en realidad, conociendo mi celo con respecto a los libros soy yo la que no lo entiendo). Es posible que lo prestara, era lo habitual en aquella época, y más en un pueblo donde no había librerías; yo misma leí muchos libros gracias a la generosidad de algunas personas.

Pero volvamos a don Agustín. De él sé que fue un hombre de ética aplastante,  poeta de lo social, que por mor de la guerra no pudo estudiar Filosofía y Letras en Madrid, como tenía pensado, por lo que fue prácticamente autodidacta. El Premio Canarias de Literatura se lo andén verde millaresconcedieron en 1985 por su extensa y valiosa obra. De ella poco puedo decir, de eso ya se han encargado personas competentes, sólo que Andén verde, un poemario de «versos dedicados» (me he tomado la libertad de  llamarlo así  por la gran profusión de dedicatorias que encierra), editado por el Centro de la Cultura Popular Canaria en 1982, fue el segundo libro que leí de este componedor de palabras. Estos son algunos versos del poema que aparece en la contraportada: La paz/ La paz/ cantada/ en todos los idiomas.

 

Fue en el año 2002, trece años después de su muerte, cuando acabé completamente  enamorada de la obra poética del insigne grancanario.  Y de su voz, potente y segura, que tuve la suerte de escuchar  grabada en una cassette hasta que ésta dijo basta,  pero que aún resuena en mis oídos: Yo poeta declaro que escribir poesía/ es decir el estado verdadero del hombre/ es cantar la verdad es llamar por su nombre/ al demonio que ejerce la maldad noche y día.

YO POETA DECLARO

la palabra o la vida

La cassette y el poemario La palabra o la vida, que nació el mismo año de la muerte del poeta, fueron regalos de su viuda, Magdalena Cantero, a la que conocí a través de una amiga común. Confieso que enseguida sentí un gran afecto por ella. Los pocos ratos que departí con Magdalena fueron suficientes para comprobar cuánto amaba aún a su marido,  a su memoria... Pero no sólo,  también, y mucho,  su poesía.

 

 

magdalena cantero

Magdalena Cantero

 

agustin milarres rafael alberti

Millares con Alberti

 

* En La casa de mi tía por gentileza de Ana Beltrán

ana beltrán