Ecos del XXXIX Congreso Federal del PSOE - por Erasmo Quintana *

Hoy es obligado comentar el Congreso de los socialistas, celebrado este fin de semana en el Palacio de Congresos de Madrid, donde se confirmó a Pedro Sánchez como secretario general de esa formación. Fue tan contundente el respaldo que obtuvo de los delegados, que se le da todo el poder en el PSOE. A partir de ahora hay que esperar que sucedan cosas. Ha pasado de ser un partido de baronías, al estilo de aquellos señores feudales de la Edad Media, que se le subían a las barbas al mismo rey, a que el poder vuelva a las bases, a la militancia. Ésta fue la que puso las cosas en su sitio. Así pues, en un abrir y cerrar de unas primarias, el flamante nuevo secretario general pasó de ser un defenestrado por los barones en aquel vergonzoso Comité Federal Extraordinario, al actual encumbrado Pedro Sánchez. No le faltará tiempo para ir recuperando los valores originarios fundacionales socialistas, y dar respuesta a las clases obreras y miembros más vulnerables de la sociedad, maltratados por las políticas neoliberales de quienes nos están gobernando, además de ir buscando la igualdad de trato de todos los ciudadanos. Este nuevo escenario no ha sido empresa fácil, pues los que habían secuestrado prácticamente el partido han sido cómplices de que el PP (en clara minoría), haya venido haciendo y deshaciendo como si estuvieran gobernando con mayoría absoluta. Para la gran baronesa Susana Díaz y sus corifeos, los demás barones, no había problemas: apoyo cerrado al Partido Popular.

Pero las cosas han cambiado después de las primarias. Susana, el sábado abandonó sorpresivamente, sin votar, el salón de plenarios donde se discutían las ponencias junto con todos sus delegados en una demostración de que ella es la que manda en Andalucía, granero en votos del partido. Una cosa está clara: no lo va a tener fácil. Ahí están los varones en sus cuarteles de invierno, esperando el primer traspiés de Pedro, con sus propuestas estrella, dar el poder a la militancia, la plurinacionalidad de España (nación de naciones), que la Iglesia pague impuestos como todo español y la autorización por ley de la eutanasia, entre otros.

Por otra parte, esto lo digo yo, está por ver al auténtico Pedro Sánchez, porque hoy es una incógnita. Muchos de sus apoyos son del tenor de los que fueron por Gran Canaria. Éstos nadaban como pez en el agua con los que venían mandando en el PSOE, posicionándose taimadamente a última hora con los que intuían iban a ser los ganadores, esto es con Pedro Sánchez. Se trata de los que han secuestrado el partido en su propio beneficio. Pedro Sánchez, en su afán por desterrar las prácticas que lo derrocaron como secretario general, ha introducido en los Estatutos mandar sin tener que dar cuentas a nadie, y dar el poder que tenían los barones a la militancia, cargándose el estatus de las baronías. En definitiva, veremos a dónde se dirige realmente sus señas ideológicas identitarias. Para concluir, me gustaría que Sánchez siempre tuviera en cuenta una cosa: que la sociedad bien organizada en un Estado democrático tiene que proporcionar a cada uno de sus miembros lo necesario para su bienestar y felicidad como ciudadanos, por lo que dicha sociedad debe saber de qué manera participa como miembro del Estado en el bien común. Pues eso, a ver si lo consigue.

* En La casa de mi tía por gentileza de Erasmo Quintana