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viernes, 29 de marzo de 2024 08:32h.

La idea de Europa - por Fernanda Gadea

 

FERNANDA GADEADesde el momento mismo de la integración de España  en la UE, muchos tuvieron claro que se estaba llevando a cabo desde perspectivas muy asimétricas. Esta falta de equilibrio no auguraba nada bueno, como ya quedó plasmado en el libro recopilatorio de diferentes autores “España y Maastricht: Ventajas e inconvenientes”, de 1998.

La idea de Europa - por Fernanda Gadea, de ATTAC Canarias *

Desde el momento mismo de la integración de España  en la UE, muchos tuvieron claro que se estaba llevando a cabo desde perspectivas muy asimétricas. Esta falta de equilibrio no auguraba nada bueno, como ya quedó plasmado en el libro recopilatorio de diferentes autores “España y Maastricht: Ventajas e inconvenientes”, de 1998.

Numerosas fueron las voces que se alzaron en contra de una propuesta de UE que poco tenía de lo primero y nada de lo segundo, ya que la falta de convergencia desembocaría en una divergencia mayor y, al mismo tiempo, se ponían en grave peligro los elementos que habían caracterizado a Europa durante tanto tiempo: la democracia y el estado social.

No deja de sorprender el hecho de que doce de los países genuinamente más demócratas del viejo continente fueran capaces de pensar y llevar a la práctica un sistema tan escandalosamente desigual como lo fue la Unión Monetaria, capaces, así mismo, de diseñar una moneda “única” perfectamente ajena a la mayoría de los países, que carecen de control sobre ella, y que rápidamente dividió a los estados en dos bandos:  los  deudores y los prestamistas.

En el propio diseño del Tratado ya se insertaba el germen de la pérdida: el Parlamento Europeo, el único órgano verdaderamente democrático, apenas estaba dotado de competencias; el núcleo duro de las decisiones quedaba en manos de la todopoderosa Comisión Europea, un invento legal, pero en absoluto legítimo, que despeja el camino a aberraciones como el Banco Central Europeo, autónomo e independiente, calcado del Bundesbank alemán, sin obligación de rendir cuentas ante nadie y con total libertad a la hora de tomar decisiones.

Un sueño hecho realidad para los conservadores de todos los rincones del continente: situar la economía fuera del alcance de la política, impedir que el pensamiento y los valores democráticos influyan en las decisiones económicas, crear, en definitiva, una nueva forma de poder sin responsabilidades políticas y completamente al margen del Estado Social.

Argucias aparte, como disfrazar de tratado el contenido de la Constitución Europea para esquivar un referéndum con alta probabilidad de rechazo (Tratado de Lisboa), el proceso de creación de la UE se llevó a cabo de espaldas a la ciudadanía, lo que retrata perfectamente el talante de sus perpetradores, o rellenarlo de limitaciones y excepciones, el modelo que se adivina queda definido en tres palabras:

Europa del capital

* En La casa de mi tía por gentileza de Fernanda Gadea

FERNANDA GADEA ATTAC