Primeras impresiones desde Chile - por Pelao Carvallo
Primeras impresiones desde Chile - por Pelao Carvallo, de RAMALC, Red Antimilitarista de América Latina y el Caribe *
- La normalidad lucha contra la anormalidad. Puedes pasar por muchas partes de la ciudad y no ver lo que está pasando, porque lo que está pasando no pasa en toda la ciudad.
-La situación es tema de debate, la ciudad (no sé el país) se ha politizado, las referencias culturales y emocionales a la resistencia a la dictadura son constantes, hay que poner atención a la revictimización que sufren los y las adultas mayores
- La gente espera algo más en cuanto a movilización, un paro nacional efectivo.
- El caceroleo ha bajado de intensidad
- Cuidado con la “plazaitalización” y “cuicación” de la protesta
- El discurso que separa represoramente “violencia” y “noviolencia” no cala todavía en la gente, que analiza y comprende los saqueos desde una perspectiva ética popular que separa el justo saqueo (hecho por vecinxs pobres) del injusto (hecho por delincuentes con apoyo militar y policial)
- La gente no cuestiona el tema de las autodefensas, la prensa lo presenta como un acto de verdadera “ciudadanía”
- Cosas como “asamblea constituyente” y “renuncia piñera” no son importantes para la gente, lo ven como cosas de políticos
- La represión, los asesinatos policiales y militares, las mujeres quemadas por milicos y policías en supermercados, las mentiras en las noticias y del gobierno son los temas que le impulsan, junto con lo caro de todo
- El toque de queda ha instalado no un miedo pero si una precaución
- La prensa masiva se ha alineado en general con dos discursos: la represión está justificada porque los medios la justifican y que es necesaria una unidad nacional estilo teletón para superar el momento
- La gente en su politización está muy crítica con los medios
- El discurso de Piñera realizado bajo toque de queda les ha parecido una solución mafiosa o de rico: dinero para callar la protesta y seguir la explotación
* Tomado de la página en FACEBOOK de Pelao Carvallo, con la colaboración de ANTIMILITARISTAS CANARIAS