Por fortuna, no es la única voz que se alza, la de Domingo Sanz, denunciando las miserias poco democráticas de la Justicia, en este estado de derecha español. Por desgracia, hay muchas también que insisten en la falacia de la confianza en la justicia. Y, funestamente, este sistema loco permite que manden, en la política y en la justicia y sobre todo ello, en la economía, quienes tienen por idea central la búsqueda del interés particular. En INICIATIVA DEBATE, Sanz se adentra en la reflexión de que, yo Chema Tante lo he dicho también muchas veces, en los pueblos que conforman el estado español hay multitud de juristas de buena formación, recta conciencia y justi proceder. Pero que el problema es que también hay otra multitud de la peor estofa, cuyas sentencias y decisiones jeringan toda posibilidad de democracia. Y esto, como cavila con tino Sanz, tiene un sucio origen franquista. Como muestra, de lo más reciente, en la maraña de arbitrariedades perpetradas por esta chusma judicial, ahí está la malvada obstaculización de que una gente procesada y encarcelada con crueldad y pruebas poco sólidas pueda recurrir como es su derecho a las instancias superiores europeas. Somos Europa, pero una parte másnque la otra. Le llaman Justicia. No me hagan carcajear...