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viernes, 29 de marzo de 2024 10:20h.

no dejamos de sufrir el carácter imperialista de las monarquías: ya sea la del norte de África o la del sur de Europa

Migrantes - por Pedro M. González Cánovas

 

FRASE GONZÁLEZ CÁNOVAS

Migrantes - por Pedro M. González Cánovas *

 

Tras fuertísimos esfuerzos económicos, para reunir el dineral que cuesta embarcarse en una de las pateras que manejan las mafias dedicadas a cruzar personas desde el continente, la mayoría subsaharianos que huyen de hambrunas o conflictos bélicos, celebran casi cada día llegar a Canarias. Eso es lo que se encuentran los equipos de emergencia que prestan la primera ayuda: gentes, verdaderamente necesitadas; u otros, un poco menos desgastados, que se suben con origen en el mismo reino de Marruecos.

Ese Marruecos tan agresivo que amplió recientemente su dominio marítimo, para acaparar las explotaciones mineras submarinas que hay en aguas saharauis y canarias; ese que ha ocupado los territorios de la RASD (El Sahara), la antigua colonia que España no dudó en abandonar sin tratado de descolonización. Ese Marruecos que, además, parece participar interesadamente de la migración, al no poner interés en controlar a quienes se enriquecen con las cutres naves que los traen al Archipiélago.

Por otro lado está esa Europa, España incluida, que se desentiende y utiliza el suelo de Canarias como control fronterizo, a la que carga con la responsabilidad humanitaria de la avalancha de desgraciados migrantes, sin dar acogida en Europa a ninguno, y en el mejor de los casos se limita a negociar nuevos tratados de extradición que se llevarán a cabo desde aquí, sin tocar suelo europeo.

Lo cierto es que Canarias ya soporta un peso poblacional irracional, por el sometimiento a una metrópoli a la que interesa poco o nada dar una política de sostenibilidad a la colonia africana. Nuestro territorio está plagado de gentes que vienen con carta blanca desde cualquier país comprendido entre el sur o el norte de Europa. Pero ahora, además, somos un muro de contención contra el que chocan los más desesperados de nuestro propio continente.

Posiblemente, más al sur o al interior no son conscientes de las limitaciones del Archipiélago; pero dudo mucho que en Marruecos ignoren que Canarias se ha convertido en la última frontera africana y que ahora mismo es infranqueable. Está claro que hay distintas intenciones políticas en todo esto.

En las guerras del siglo XXI siempre caen civiles, es algo aprendido de la segunda guerra mundial; eso merma los ánimos del enemigo y les hace gastar más recursos. El armamento nuevo está diseñado para causar más heridos que muertos, por el mismo motivo: el gasto y desgaste que producen los heridos es muy superior al de las fosas comunes.

Así que, debemos tener bien claro que, además de la crisis económica producida por el receso en la producción, por la pandemia, Canarias tiene el factor añadido de ser un campo de batalla entre Europa y los señores de la inmigración (que no los desgraciados migrantes). Y, por si alguien no lo tiene claro, la realidad es que Europa trazó una frontera que no resguarda a Canarias, pero sí a ese continente; abusando, al mismo tiempo, del carácter humanitario que nos caracteriza y dejando descubierto el tramo fronterizo que debería existir entre el Archipiélago y Marruecos.

Al final, de una forma u otra no dejamos de sufrir el carácter imperialista de las monarquías: ya sea la del norte de África o la del sur de Europa. Desde luego, la solución no es cambiar una por otra; la solución es pujar por cambios globales que no permitan el absolutismo, más o menos encubierto, de las coronas y los poderes financieros que se creen por encima del bien y el mal y de la democracia verdadera.

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Pedro M.  González Cánovas

pedro gonzález cánovas

 

MANCHETA 21