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viernes, 29 de marzo de 2024 10:20h.

El mito de la libertad y el libre mercado -por Carlos Martínez

 

FRASE MARTÍNEZ

 

 

El mito de la libertad y el libre mercado -por Carlos Martínez, politólogo y secretario general del PSLF. Del consejo científico de Attac *

 

Los capitalistas son los mayores receptores de subvenciones, ayudas y por supuesto de contratos de los estados de todo el mundo. Millones ingentes de dinero público van a parar a grandes grupos empresariales tanto de forma directa vía subvenciones, como de constantes y continuas rebajas de impuestos. Es el paradigma de un capitalismo rentista que además es mentira que cree riqueza y empleo en la mayor parte de los casos, pues establece, por ejemplo conexiones aéreas, instala fábricas, levanta espacios de ocio, exigiendo subvenciones o líneas de ayuda pública en la mayor parte de los casos.

El capitalismo “manchesteriano” o renano, de los grandes patronos industriales, hace décadas que no existe. Que la mayor parte de las grandes empresas trabajan a riesgo y ventura no es verdad, casi todas, de forma directa o indirecta, están subvencionadas, excepto las pequeñas empresas familiares y/o autónomos. Las exportaciones a terceros países más todavía y que exista el libre mercado es una falacia. Los estados poderosos imponen su ley y marcan precios en un mundo que vive en medio de grandes monopolios y oligopolios aliados o bien en guerra entre sí, pero protegidos por los estados y sus ejércitos. 

El objetivo del libre mercado es debilitar el estado, por tres razones fundamentales, primero por pagar menos impuestos extorsionando con éxito a los gobiernos, que para pagarlos ya están las clases populares y sus empleados. Segundo por hacer negocio con el bienestar y la salud, pues el estado del bienestar que es una conquista de la clase obrera, se ha convertido desde la contra revolución conservadora de los años 80 del siglo XX en un nicho de negocio gracias a las privatizaciones. Y en tercer lugar gracias a los contratos de servicio y producción de labores que hasta finales del siglo XX eran competencia exclusiva estatal, como la seguridad, la defensa o la administración pública. Todo para obtener más benéficos y privatizar el estado, cosa que de hecho ya han conseguido.

Pero ahora vemos que ante una crisis capitalista mundial que el Covid-19 NO HA GENERADO, SINO TAN SOLO ADELANTADO Y AGRAVADO, el capitalismo vuelve a mostrar su incapacidad de resolver los graves problemas de salud y supervivencia y “el libre mercado” sólo tiene la respuesta de los cierres, los despidos, exigir menos impuestos y más subvenciones. Para ello el capitalismo cuenta a su favor con partidos de las derechas, liberales, grupos informativos en propiedad –casi todos- y el espantajo del fascismo, el autoritarismo y la más terrible desinformación e intoxicación contra las clases trabajadoras. Encima en estos días se está conformando una nueva guerra industrial, un sálvense quien pueda industrial en el que las fabricas-colonia de marcas extranjeras establecidas en terceros países como España y muchas aerolíneas van a ser cerradas. Nissan es solo el inicio.

La debilidad de los sindicatos de clase con origen en el movimiento obrero, la ausencia de partidos del trabajo y de clase y las llamadas a la modernidad, el interclasismo, el nacionalismo y el patriotismo, hacen el resto. Porque todas y todos no somos iguales, ni tenemos libertad. Quien espera una renta mínima desde una cola del hambre no tiene libertad. Quien ve como le cierran la fábrica y no pasa nada, no tiene libertad. Quien ve como se reduce su salario o es obligado a convertirse en falso autónomo o el trabajador y la trabajadora precaria no tienen libertad. Es más gracias a la ausencia de libertad de las clases trabajadoras, las clases burguesas son las que sí que tienen libertad. De hecho reforma laboral que es liberticida para la clase trabajadora y ley mordaza son el mismo paquete para disminuir la libertad de las clases populares e incrementar la libertad y el poder de la burguesía.

Por tanto, reparto, planificación estatal, control público de la economía, participación de los y las trabajadoras en la gestión. Creación de un potente sector público industrial y financiero o vamos al incremento de la desigualdad, la pobreza y el paro. Es muy sencillo solo hace falta tener valores, decisión y creer en la justicia. 

Solo el socialismo es libertad, socialismo con libertad y en libertad para las personas y no Estado tan solo para favorecer a los grandes grupos empresariales, financieros y rentistas. Es mentira que ellos creen riqueza porque viven a costa de nuestros impuestos, ellos son los subvencionados, incluso les pagamos por crear empleo y obtener beneficios.    

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Carlos Martínez

CARLOS MARTÍNEZ PSLF

MANCHETA 21