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miércoles, 24 de abril de 2024 10:18h.

A las mujeres - por María Vacas Sentís

De cuando en cuando una crisis creativa me aleja del folio en blanco. La última vez pedí ideas y muchísimas personas me aportaron un generoso caudal de temas donde recolocar nuevas palabras. Una compañera de Podemos, Marta Jiménez, me sugirió que escribiera una carta a las mujeres, a aquellas que aún no han decidido su voto, animándolas a apoyar el cambio que representa Podemos. A ellas me dirijo:  

A las mujeres - por María Vacas Sentís *

De cuando en cuando una crisis creativa me aleja del folio en blanco. La última vez pedí ideas y muchísimas personas me aportaron un generoso caudal de temas donde recolocar nuevas palabras. Una compañera de Podemos, Marta Jiménez, me sugirió que escribiera una carta a las mujeres, a aquellas que aún no han decidido su voto, animándolas a apoyar el cambio que representa Podemos. A ellas me dirijo:  

“No es fácil vivir dignamente en nuestro país y siendo mujer es aún más complicado. No es fácil cuando los gobiernos del Estado y de Canarias, esos “defensores de la familia”, recortan ayudas, derechos y servicios sociales, favoreciendo al mismo tiempo el despido barato y el empleo precario, abusivo y mal pagado. No es sencillo mantener a tus hijos cuando no tienes empleo, cuando dependes de la pensión mínima de tus padres, a quienes cuidas sin ninguna ayuda institucional. No es fácil  cuando no dispones de recursos para pagar una guardería y dejas a tu madre ya mayor a cargo de tu niño. Es desalentador que con un expediente académico impecable emigres para poder trabajar, o que dejes la carrera por no poder abonar la matrícula. Es inhumano que te corten la luz o el agua, tener que pedir para comer. Que te desahucien de tu casa porque quien debiera ampararte no solo no pone coto a los bancos, sino que encima envía a la policía para ayudar en tu desalojo.

Pero podemos vivir de otra manera, situando en primer lugar a las personas, sus necesidades básicas, su bienestar, con un trabajo que permita vivir con dignidad, con unos buenos servicios públicos. Podemos subir el salario mínimo, las pensiones. Rescatar a las familias y no a los bancos, impedir por ley los desahucios. Crear un sistema de dependencia digno,  para que las mujeres no sacrifiquen sus vidas cuidando de sus mayores, creando empleo público en el sector de atención socio-sanitaria, y apostando por unos permisos de paternidad y maternidad iguales e intransferibles. Podemos dedicar más recursos a lo público, generalizando la educación infantil gratuita y ampliando las becas. Claro que podemos vivir de otra manera. Que nadie te niegue tu derecho a la esperanza”.

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* Publicado con autorización de la autora