Paseo con Largo Caballero por la Europa liberada, Pedro Luis Angosto en NUEVA TRIBUNA
Pedro Luis Angosto en artículo en NUEVA TRIBUNA señalado por el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado, comenta la atrocidad fascista perpetrada por la horda fascista en Madrid, atropellando la memoria de Largo Caballero y de la República Española. Y lo hace desde una perspectiva que ya he dicho yo, Chema Tante, que me parece fundamental. Largo Caballero además de un luchado social y un cargo electo de la República, fue una víctima de los campos nazis. Y, en tanto que por toda Europa se venera la memoria de la gente que lucho contra fascistas y nazis, en este estado de derecha español se sigue haciendo lo mismo que el franquismo. Es que el nazi franquismo hace cosas nazi franquistas.
Muchos de los homenajeados por la memoria colectiva fueron personas que volaron trenes cargados de nazis, que pusieron bombas a los convoyes del Tercer Reich, que dieron su vida para impedir que la bestia alemana acabase con la civilización europea. En España todavía quedan calles y estatuas dedicadas al fascismo, todavía hay gente que defiende ese régimen, todavía personas que dicen representar al pueblo que blanquean la tiranía y admiran a quienes se rebelaron contra el poder constitucional, tiñeron España de sangre y nos sometieron durante cuarenta años a una de las dictaduras más feroces del mundo. Pablo Casado, Isabel Díaz Ayuso o Martínez Almeida, que destruyó el memorial del cementerio de la Almudena y ahora ha quitado a martillazos el relieve esculpido que había en la casa en la que vivió Largo Caballero en la Plaza de Chamberí tal como hicieron los nazis con el monumento a Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, no sienten el más mínimo respeto por la historia de España, ni por quienes, con sus errores y aciertos, se sacrificaron para que las generaciones posteriores pudiesen vivir mejor, por quienes defendieron como pudieron, en solitario, al Gobierno Constitucional contra los golpistas del 17 de julio de 1936. Para ellos, la dictadura franquista fue un paraíso perdido.
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