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miércoles, 24 de abril de 2024 22:52h.

todo y toda profesional tiene derecho a, como se dice ahora, "monetizar" su profesión

Pomares se gana la vida, con Felipe y con Azaña – por Chema Tante

 

FRASE POMARES TANTE

Pomares se gana la vida, con Felipe y con Azaña – por Chema Tante *

 

Hay años que escuché yo, con estos oídos que se ha de llevar la tierra, espero que dentro de mucho tiempo, si escapo de la covid-19, de la vacuna y de Yaiza Casimira, decir algo a Paco Pomares, asunto de cierto prometedor, entonces, colega suyo -felizmente casado con dama de comprobadas querencias periodísticas- que había abandonado la modesta redacción, sucumbiendo a una de esas suculentas ofertas que el régimen reserva para profesionales afectos. O con afectos, que es cosa que lleva a la otra. Largaba Pomares, demostrando conocer el paño “Éste es mal oficio para resistir tentaciones”. Porque bien conoce el paño quien lo teje. Hablaba Pomares del otro, pero desde la autoridad que confiere la experiencia propia. Se cae en la tentación ajena, o se busca uno mismo las tentaciones. Viene a ser la misma ruinilla cosa.

Porque el profesor universitario, supongo que en latiguillos y muletillas, no “hace pan con unas tortas” ni “pierde el oremus”, ni nada “atrabiliario”, para usar algunas de las imaginativas locuciones con que a lo largo de su fructífera carrera profesional ha fustigado sin piedad este tipo a quien sufra atendiéndolo. Paco Pomares ha sabido conseguir escapar del destino de tantas y tantos periodistas, le ha quitado el cuerpo al azote del hambre y la miseria. Porque Paco Pomares pertenece a esa elite de la profesión que sabe tarifarse bien. Él, a base de bien.

Pomares, en ese comercio vil que él hace de su oficio, distribuye sus servicios entre el poder canario, ahora en estado latente en política, pero fuerte como siempre en haberes, y el poder del estado, representado por una Monarquía que él, Pomares, sabe que tiene mucho todavía que decir y que pagar. Todos los caminos, hasta los editoriales, conducen a la SER, a Prensa Ibérica y a la Televisión llamada canaria. Y en esa línea mercantil a tanto por folio o por parrafada verbal, publica una crónica que el cree desenfadada, pero que es pedante y pseudoerudita, es decir, pomariana, sobre la Monarquía y sobre la machangada desarrollada por Felipe Borbón en la inauguración de la exposición dedicada a Manuel Azaña en la Biblioteca Nacional (nacional, de España). Y Pomares se hace el choni, pero él sabe muy bien que ese acto fue otro episodio más de la campaña estratégica de comunicación urdida por Letizia, para salvar el chollo familiar. Por cierto, otra periodista bien casada y bien tasada, para envidia de sus dos colegas protagonistas de esta historia bufa, pero real, en todos los sentidos del término. Queda la cotización de la asturiana muy lejos de la del canario y del madrileño. Debe ser cosa de la sidra y los bollos preñaos. Y que perdonen los chorizos la referencia directa. No negaré que todo y toda profesional tiene derecho a, como se dice ahora, "monetizar" su profesión. Pero hay que reconocer que esto, Ortiz, lo ha bordado, con hilo de oro.

En fin, volviendo a la zarzuela representada por el habitante de La Zarzuela. Si Pomares fuera el Pomares que él dice ser, en lugar del Pomares que es en verdad, habría escrito, sobre la farsa que describe: “Felipe, no te disfraces de demócrata, que no estamos en Carnaval. Y, aunque se vista de seda, como la mona, el rey sigue desnudo, como su padre”.

Pero claro, a ver quién pasa por caja, después de escribir una verdad. Nada, Paco, tú, no pierdas el oremus.

Monarquía, Paco Pomares en EL DÍA

Lo dice y lo sostiene, Chema Tante, que ya sabe que no puede pasar por caja

CHEMA TANTE

 

MANCHETA 9