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viernes, 29 de marzo de 2024 00:12h.

La Razón de la sinrazón moganesca - por Nicolás Guerra Aguiar

 

FRASE AGUIAR

La Razón de la sinrazón moganesca - por Nicolás Guerra Aguiar *

 

Canarias7 publicó el 4 de enero una reseña sobre la primicia dada por canariasahora el día anterior. Tiene como protagonista al Ayuntamiento grancanario de Mogán, pues este había pagado doce mil euros al diario La Razón para que “le otorgara el pasado julio el Premio al mejor municipio turístico de Canarias”.

la razón mogán

   Sin embargo, según el director del periódico madrileño solo se trata de un “acuerdo comercial” con el fin de impulsar el desarrollo del municipio, tan necesitado él de alientos y promociones, agrego. Su condición de destino turístico desconocido por los mercados europeos  –solo recibe a un millón de chonis al año- es Razón más que suficiente para  las tales inversiones económicas.

   La señora alcaldesa de Mogán, interviniente en el acto de entrega de honores y distinciones, no ve relación entre el precio pagado y el premio concedido: los 12 000 euros que el Ayuntamiento abonó a La Razón nada tienen que ver con la medalla entregada al municipio, defiende. Por tanto, la entrevista a página completa del 7 de julio –cuatro días después de tan memorable y razonada concesión- es solo casualidad, azar, circunstancia fortuita. O, en todo caso, intencionada mala leche de los dioses isleños para confundir a la población canaria, tan sensible e influenciable tras la descontrolada conversión de costas sureñas en urbanizaciones de apartamentos, chalés, hoteles...  

   Incluso para algunos paisanos –confundidos y engañados por la galopante descomposición ética de la vida política- podríamos estar ante una extraña mezcla próxima a la corruptela, otra vez situada como la segunda gran preocupación ciudadana (dentro de sus variantes se incluye la delictiva indecencia de identificar lo personal con los supraintereses comunitarios o locales como en Murcia, por ejemplo).  

   Pero no es el caso de Mogán, Dios nos libra de tales mataperrerías. Allí solo dominan desde tiempos pasados el espíritu patrio, el terruño, el amor a la Naturaleza reflejados en modernizaciones de barrancos, desfiladeros, montañetas… Gracias a sus innovaciones no quedan perengueles, perenqueles, peringueles, perenquenes, horripilantes asustaniños… Por suerte, hasta los pintados pájaros de Cairasco ya no hinchan el aire de varias músicas… Y todo eso tiene un premio razonablemente logrado gracias a un diario de tirada nacional.

   Como digo, los canarios andan muy sensibilizados con el marchito acontecer político e influenciados psicológicamente por desarretos y desajustes. Así, el exPPresidente murciano está procesado por supuesto uso de dinero público para financiar campañas publicitarias personales. Y la señora exalcaldesa de Cartagena (actual senadora del PP) ha sido inculpada por (hipotéticamente) pagar con dinero del Ayuntamiento limpiezas y cuidados de su buen nombre, puesto en duda tras su participación en aparentes delitos de corrupción urbanística según la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo. (Algunos sorprendidos podrían identificar erróneamente el “acuerdo comercial” con manifiestas actitudes inmorales dominantes por doquier, pero inexistentes en el caso de Mogán, insisto.) 

   ¿Que por qué precisamente los doce mil euros se invirtieron en La Razón? Las respuestas, según la señora alcaldesa, son obvias y caen por su propio peso (como los moganenses aguacates de medio quilo, no más sabrosos por más peso). Así, tres contundentes argumentos maneja la máxima autoridad municipal: uno, la calidad de sus colaboradores (cita a la señora Gurruchaga y a los señores Ussía, Vidal y Rodríguez Braun). Otro, la tirada nacional de La Razón. Y tres, su “continuo crecimiento”.

   Acierta la señora alcaldesa, en efecto: los nombrados por ella son colaboradores del periódico, firmas de exquisita calidad literaria. Pero, por ejemplo, García Márquez publicó (2001) en El País el primer capítulo de sus memorias (y tengo fichados casi treinta artículos). Otro premio nobel de Literatura, Vargas Llosa, escribe con frecuencia en el mismo. Y a sus firmas se añaden otras al menos comparables a las nombradas por la señora alcaldesa como, por ejemplo, Muñoz Molina, Pérez Reverte, Almudena Grandes, Manuel Vicent, Juan José Millás, Soledad Gallego… Lo mismo sucede en el también conservador ABC: Juan Manuel de Prada, Inés Martín Rodrigo –ABC Cultural-…

   El segundo argumento esgrimido es “la difusión nacional” de La Razón. Lo cual, dicho en tan limitado contexto, llevaría a la idea de que se sitúa entre los tres primeros del país. Sin embargo, según la Oficina de Justificación de la Difusión (OJD) no es apropiada la tal justificación. Así, los tres periódicos más vendidos el mes de septiembre (2017) fueron El País (172 053 ejemplares), La Vanguardia (104 305) y El Mundo, 97 255. En cuarta posición, eso sí es cierto, figura La Razón con 87 218 ejemplares (siete mil más que ABC… pero diez mil menos que el tercero).

   En el último apartado se refiere al “continuo crecimiento”. Pero no acierta: los datos de la OJD -también referidos a septiembre de 2017- manifiestan lo contrario, caramba: todos los grandes periódicos nacionales bajaron en ventas. Y La Razón se vio afectada en un cuatro por ciento.

   Así pues, el periódico La Razón no tiene el monopolio de las mejores firmas colaboradoras o de plantilla. (Por cierto: la señora alcaldesa cita exactamente a los cuatro escritores que destaca Wikipedia en el segundo párrafo cuando buscamos en Google “La Razón, España”. Casualidad de casualidades.) Tampoco es el más vendido entre los de tirada nacional ni se eleva en irrefrenable ascensión, más bien al contrario. (¡Anda, nenel: otra coincidencia supercalifragilística!: también al final del segundo parágrafo Wikipedia copia sin disimulo a la señora alcaldesa cuando destaca que “las portadas de La Razón suelen ser llamativas, formadas por apenas tres o cuatro noticias”, características rigurosamente citadas asimismo por la Iltma. para justificar el “acuerdo comercial”.)

   En fin. Al diario La Razón le ocurre en su pálpito vital lo mismo que al partido político Ciudadanos (con todos mis respetos): ambos surgen como desgajamiento de sus matrices ideológicas, pero se nutren no de nuevos lectores o simpatizantes sino de quienes los consideran las modernas –por renovadas- versiones de ABC y el PP, respectivamente. Es decir, defienden planteamientos conservadores, acaso a veces no mesurados. Con todo su derecho, eso sí.

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Nicolás Guerra Aguiar

NICOLÁS GUERRA AGUIAR RESEÑA