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viernes, 29 de marzo de 2024 07:41h.

"Semilla de memoria" de Francisco González Tejera, presentación LPGC 7 abril

semilla de memorioa cartel

 

Después de Tormenta en la memoria (Ed. Hades-2015) Francisco González Tejera nos presenta su último libro Semilla de memoria. 122 relatos sobre el genocidio franquista en Canarias.

Este libro nos cuenta la fuerza y la contundencia de los hechos que sufrieron miles de canarios cuando fueron represaliados por los franquistas. Nos describe con esmero los lugares por los que huyeron, fueron apresados, asesinados, desaparecidos… miles de hombres y mujeres que solo pensaban diferente o a veces ni eso… Nombra a los autores de los asesinados, muertos, torturados, vejados, humillados, represaliados… y de su maldad, sus relaciones sociales y de poder que los exculpaban de todos sus actos.

Otro libro, que da voz para los sin voz, para tantos canarios a quienes segaron injustamente sus vidas, mujeres y hombres de bien cuyo único delito fue defender la libertad y la democracia.

Ediciones Hades aposta de nuevo por la edición del nuevo libro de Francisco González. El libro tiene como prologuista al cantautor e investigador vasco-canario, Rogelio Botanz, amigo y compañero de Pako. Escribe la contraportada, también otro compañero de lucha José M. Rodríguez Pellejero, profesor de Psicología en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

La presentación del libro será el próximo VIERNES 7 de abril (19.00 h) en el Salón de Actos de la Facultad de Ciencias de la Educación (Magisterio) de la ULPGC.

 

SEMILLA DE MEMORIA.

122 relatos sobre el genocidio franquista en Canarias.

semilla de memoria portada

Autor: Francisco González Tejera.

Prólogo de Rogelio Botanz.

Colaboradora Natàlia Mas Martínez.

Ediciones Hades

 

sima jinámar

SEMILLA DE MEMORIA.

122 relatos sobre el genocidio franquista en Canarias.

Primero fue una “Tormenta en la memoria” ese libro que escribí con el corazón y la ternura del recuerdo, una especie de nebulosa que inundó mis manos en el teclado mientras reconstruía esa parte de la historia censurada, ocultada, pisoteada, dar voz a los sin voz, a las más de 5.000 personas asesinadas por el fascismo en Canarias a partir del golpe de estado del 36.

Un genocidio, si un genocidio en toda regla, aunque existan algunos siniestros "profesionales" de lo que llaman “memoria histórica”, esos engreídos que no quieren que se abran las fosas comunes, que lo cuestionan, que hablan de “guerra fratricida”, “confrontación entre hermanos”, sin decir claramente lo que sucedió, que una oligarquía criminal, junto a una Iglesia Católica sanguinaria planificaron un alzamiento fascista contra una democracia legítima, contra una República, que con todos sus errores, estaba construyendo un futuro de esperanza y derechos sociales para todo un pueblo.

Ahora un año después llega otra obra, también de la mano de Ediciones Hades. Mis manos, mis dedos no han dejado de escribir cada día como alumbrados por quienes perdieron todo, hasta la vida, en su lucha por un mundo mejor. Llega una semilla, “Semilla de memoria, 122 relatos sobre el genocidio franquista en Canarias”, con prólogo de mi amigo y hermano, compañero de lucha, el cantautor e investigador vasco-canario, Rogelio Botanz.

Otro libro, otro altavoz para los sin voz, para tantos seres especiales a quienes segaron injustamente sus vidas, mujeres y hombres de bien cuyo único delito fue defender la libertad y la democracia.

La mano está tendida repleta de luces literarias, libertarias, revolucionarias, esa querencia infinita que solo puede irradiarse desde corazones libres.

Francisco González Tejera.

PRÓLOGO - por Rogelio Botanz

ROGELIO BOTANZConocí a Paco González en aquellos “días de Taller”, cuando junto a Andrés Molina y Pedro Guerra volvíamos, una y otra vez a Gran Canaria para los innumerables conciertos que nos demandaba la isla hermana. Detrás de buena parte de aquellas tocatas estaba él; un tipo tranquilo. En aquel tiempo de gentes efervescentes que fuimos, Paco siempre lucía una sonrisa afable y aparecía como diluido, en medio de experiencias de trabajo comunitario; en la Casa de Juventud de Schamán, en aquella Universidad Popular…

Paco era capaz de conseguir que el concejal del PP de turno acabara editando un CD recopilatorio sobre canción de autor… aunque fuera por los pelos, y para liquidar una experiencia de años. Así ocurrió exactamente la noche en que se iniciaba la guerra de Irak y le  solicitamos (sin éxito) al concejal en cuestión, que se hiciera insumiso ante la barbarie.

Pasado un tiempo comencé a ver el rostro y el nombre Pako (con K) en mensajes en Facebook en torno a una página que parecía hacer referencia a algún hecho histórico, del que yo no tenía cocimiento… “Fusilados de San Lorenzo”… Al principio me sorprendió, pero, sobre todo, me hizo una ilusión enorme el reencuentro cibernético… Vino luego la presentación en La Laguna de su libro "Tormenta en la memoria - Relatos de la represión franquista en Canarias", a la que acudí con mi guitarra. Vendría después el homenaje en el mismo Valle de San Lorenzo, al lado de su padre y de su madre para cantar a la memoria de su abuelo y su tío asesinados junto a otros vecinos del pueblo en aquellos días negros.

Supongo que Paco y yo somos tan hijos de nuestro tiempo como lo es cualquiera. En mi casa, como en casi todas, se habló muy poco y muy tarde de la Guerra Civil y sus consecuencias. Supimos de los 5 años de cárcel del tío Nicolás, de otros tantos para mi padrino el Tío Rubio… Supimos que a la abuela María le raparon la cabeza, y que ella nunca se puso un pañuelo para ocultarlo; el delito no está claro en la memoria familiar… parece que saludó a alguien diciendo “Salud” o “Agur”, lo suficientemente alto para que lo escuchara algún chivato. Oímos contar muchas veces a nuestra madre que en su pueblo unos hombres valientes e ingeniosos impidieron en el último momento que una camioneta se llevara al paredón a un puñado de vecinos de pueblo…

Luego, ya, el tiempo de mi adolescencia fue el tiempo del suspiro por la libertad y a la vez el de la impotencia. Era el tiempo de empujar por una victoria que se presentía cercana, desde el peso de todas las derrotas anteriores y de las que vendrían.

Sin saber muy bien cómo, pasé de las rimas de Bécquer directamente a los versos de Miguel Hernández y aquel “Guillermo Tell tiene los ojos tristes” de Alfonso Sastre… Escuché por primera vez “te recuerdo Amanda” en catalán y me estremeció la canción después de que me hubiera estremecido la noticia sobre el modo y la muerte de Víctor Jara; el maestro. Tampoco olvidaré nunca la sacudida de aquel 3 de marzo de 1976 en Vitoria con los 5 obreros que cayeron abatidos por disparos de la policía (mi padre estaba en huelga en aquellos mismos días en la fábrica Legazpi).

Seguramente no es casual que en los dos pregones que me ha tocado escribir en los últimos años, haya sentido la necesidad de hacer referencia expresa al tema de los desaparecidos del franquismo. Así lo hice en el pueblo de mi madre Brazacorta (Burgos) y en el de mi mujer, el Valle de Agaete, en Gran Canaria.

Como tampoco es casual que en mi repertorio se encuentren canciones como “La noche de los lápices” o “Arrorró para una abuela que no se deja dormir”, referidas expresamente a casos reales de desapariciones, en este caso en Argentina.

Así, que me parece lógico y vivo como un honor que Paco me haya pedido una nota preliminar para esta edición de su nuevo libro: "Semilla de memoria - 100 relatos sobre el genocidio franquista en Canarias".

Habrá quien piense…¡Pero bueno!... ¿Van a seguir con esta matraquilla 80 años después?... ¿Es necesario?...¿No bastaba con un libro?.., ¿son necesarios dos?

Déjenme responder con una cita… ¿Recuerdan aquella frase de Saint-Exupéry; “Lo esencial es invisible a los ojos”?... Pues cada vez que llega una despedida sustancial de gente querida la recuerdo… ¡Cuánta verdad encierra!...

Es un hecho demostrado científicamente que este organismo que somos, que se mira en el espejo cada mañana al afeitarse y que saludan los amigos y familiares, es una pequeña tomadura de pelo. La pura verdad es que nada queda en nosotros del tipo que fuimos hace, tan solo siete años, ¡nada!.... ¡ni un pelo siquiera!. Físicamente, nuestra piel o todo el sistema muscular no es más que una sucesión de millones de células que nacen se desarrollan y mueren a una velocidad de vértigo… Lo esencial, lo único que auténticamente da coherencia a nuestro ser es que sabemos quiénes somos, porque recordamos quienes somos; es el ejercicio de la memoria lo que nos da la identidad. La aparición de esta enfermedad cruel que es el Alzheimer, ha vuelto a poner las cosas en su sitio; no somos tanto este cuerpo que se ve, como la conciencia que tenemos de recordar quienes somos.

Esta parece ser una intuición muy firme en quienes conocieron con antelación su muerte inminente. En su carta de despedida, antes de ser fusilada el 4 de agosto de 1939, una de “las trece flores”, aquella muchacha de 19 años que fue Julia Conesa, solo pide una cosa… Que no me lloréis. Que mi nombre no se borre de la historia". En circunstancias similares la joven argentina Claudia Falcone, un 28 de diciembre de 1976 desde su celda en el Pozo de Banfield le dice en su despedía a su compañero Pablo Díaz“nosotros ya estamos muertos pero no te olvides de nuestra historia Pablito… Todos los 31 de diciembre levantá una copa por nosotros”. Es como si ellos supieran la verdad última, y es que lo esencial, no se ve con los ojos de la cara, sino que se ve con la memoria.

Unos días después de morir el cantautor uruguayo Quintín Cabrera, acabé de rizar el rizo a un breve poema de Alfonso Sastre. Donde él decía…

 

“Esto de la vida, un día se termina

Un día ya no estamos en nuestra casa

Un día, en el barrio dicen, se ha muerto uno…

Un día es, como si no,

hubiéramos existido nunca.”

 

Y yo quise rematar cantando que

 

Esto de la vida… si quieres, no termina

Si se alzan la memoria y la palabra

Y en medio de la plaza dices;

“recuerdo a uno”:

Quintín, Eva, Claudia…

 

Entonces es, como si no,

dijéramos…

no se hubiesen marchado nunca…

 

La Laguna a 12 de octubre de 2016https://ssl.gstatic.com/ui/v1/icons/mail/images/cleardot.gif

ROGELIO BOTANZ