En EL DIARIO, este argumentado análisis de Margarita Martínez Escamilla sobre la sentencia del TEDH. Desde luego, yo, Chema Tante, reconozco que soy parcial. Pero hago un esfuerzo de distanciamiento y las tesis de Martínez Escamilla me parece mucho más sólidas que las de sus colegas de Estrasburgo. Y, si, encima, está la anterior sentencia del mismo tribunal, en dirección abismalmente distinta de ésta de ahora, yo no puedo meno de concluir que sobre el TEDH se cierne la sombra e las presiones de los gobiernos felones europeos, contrarios, como buenos neoliberales, a la migración. Pero no, como dicen, por temor al extranjeros delincuentes, sino porque esta situación proporciona mano de obra sumisa y envilece el mercado laboral. Dicho está.