Alejandro Nadal recurre a la metáfora de Casandra, en artículo que señala en el mexicano LA JORNADA Francisco Morote de Attac Canarias. Y es una acertada metáfora, porque la refiere a la maldición de Casandra -la que nunca era escuchada- que nos persigue a quienes avisamos de los defectos estructurales de este sistema económico. No se trata simplemente del fin del capitalismo, se trata de la aberración de la sublimación de ese capitalismo, el neoliberalismo, que a caballo de las burradas largadas por Friedman y jaleados por una caterva bellaca de supuestos teóricos venales, pagados por las oligarquías, han llevado al Planeta al borde de la inhabitabilidad y, con ello, al riesgo de desaparición para la Humanidad. Las clases opulentas, largan a sus economistas y periodistas que compran para que difundan las mentiras. El artículo de Nadal, con palabras de Marvyn King hace recordar aquellos tiempos del 2008, cuando nos estremecimos con una terrible crisis financiera y todo el mundo empezó a decir que había que corregir los errore. Que a lo menor la fábula de los libérrimos mercados no era tan cabal. Pero pronto se apagaron aquellos ardores y los verracos financieros han seguido engordando la bola de la especulación financiera que, cuando estalle, será una catástrofe. La siniestra anécdota que cuenta Nadal de los 500 mil millones de dólares que la Fed acaba de inyectar al mercado de futuros a corto plazo, es un buen ejemplo de la locura que impregna a los círculos financieros.