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jueves, 28 de marzo de 2024 09:57h.

El turismo (masivo) ha muerto ¡viva Canarias! - por Chema Tante

 

FRASE TANTE RECONSTRUCCIÓN

   

El turismo (masivo) ha muerto ¡viva Canarias! - por Chema Tante *

 

Para este viernes, primero de mayo, tiene anunciado el socialista Torres, presidente de Canarias, que presentará su proyecto de Plan de Reconstrucción, para que Canarias supere  las devastadoras consecuencias económicas y sociales de la pandemia coronavírica.

 Como está visto que el socialista Torres tiene obstruido su oído izquierdo y muy abierto y atento el derecho, por el que escucha todo lo que le dicen las oligarquías canarias y extranjeras, es preciso recordarle algunas cosas con toda contundencia.

 Algunas cosas que el socialista Torres conoce muy bien pero, que de la misma manera que lo han hecho sus antecesores, se empeña en ignorar, al mejor servicio y beneficio de una poca gente, con el más supino deterioro de los derechos, de las condiciones de vida, del bienestar, de la educación, de la salud y hasta de la vida de amplias capas de la población canaria.

Aunque sus dirigentes políticos y empresariales no hayan sabido aprovecharlas más que en su propio y particular provecho, Canarias ha gozado los últimos años, hasta que el maldito virus viniera a revolverlo todo, de las mejores condiciones de su historia. El clima y los avances de la tecnología, más la buena formación de muchas canarias y de muchos canarios, en unión del conocimiento adquirido y la rica experiencia forjada en la tradición en las actividades del sector primario, agricultura, ganadería y pesca, ofrecían unas posibilidades económicas muy prometedoras.

 Lejos de aprovechar todas esas fortalezas, las oligarquías decidieron y ordenaron a los gobiernos, desechar toda actividad productiva distinta de un concepto de turismo masivo, manteniendo la explotación de una producción platanera destinada a la exportación, en condiciones muy adversas, pero que ofrecen, mientras durara, la ventaja del proteccionismo europeo en forma de subvenciones y barreras arancelarias.

 Sin embargo, tanto la producción decreciente platanera como la exasperadamente creciente explotación del turismo masivo, han arrojado una rentabilidad neta tan exigua, que solamente ha bastado para satisfacer la avidez del capital en conseguir sus jugosos beneficios. Pero no han podido cubrir las necesidades básicas de la mayoría de las gentes de Canarias.

 El turismo masivo ha seguido la senda marcada por el cultivo del plátano: agotamiento de los recursos naturales, acaparamiento del agua, escaso y muy mal pagado empleo y una rentabilidad que solamente cubre la retribución del capital. Pero el grueso de las poblaciones insulares canarias ni pudieron recibir la parte que les correspondía de la explotación del plátano, ni lo han hecho de la del turismo.

A pesar de los muchos años en que Canarias exportó ingentes volúmenes de fruta, a pesar de la historia reciente en que Canarias ha soportado la llegada de un numero desaforado de turistas, hasta llegar a la exageración de 17 millones anuales; a pesar de todo eso, las islas han estado y están en los puestos de cabeza de la Unión Europea en paro, en miseria, padeciendo los más bajos salarios y los precios más altos.

 El turismo masivo ha supuesto que Canarias persista en el mismo craso error de comercialización del plátano. En lugar de operar en un segmento de calidad, con precios altos, ha competido con otros destinos de costes sensiblemente menores. En lugar de manejar su producto por si misma, Canarias, como hiciera con el plátano, ha abandonado sus intereses en manos de operadoras y transportistas no canarias, que han impuesto sus condiciones y precios y atendiendo solamente  a sus propias conveniencias, como es lógico y esperable.

 En definitiva, Canarias ha sacrificado su sostenibilidad, su territorio, sus reservas de agua y su patrimonio cultural identitario, y ha contribuido en buena medida al desastre climático planetario, sin más beneficio que el jugosamente obtenido por ciertas empresas.

 Como lo fuera con el plátano, el turismo masivo ha basado su rentabilidad simplemente en la cantidad, porque la rentabilidad unitaria en un mercado que compite por el precio, ha sido mínima. Con esa estrategia de precios bajos, inevitablemente, el nivel cultural del turismo captado es muy deficiente. Se trata de personas que no valoran ni respetan el territorio ni los valores diferenciadores del país que vistan. Son personas que les da lo mismo si el sol es canario o de otro lugar, si el territorio se degrada o no, porque lo que buscan y desean es el precio bajo.

 Por otra parte, el turismo masivo a precios bajos, atendido con productos importados, de peor calidad pero más baratos, supone un impacto ambiental brutal, ocasionado por los 34 millones de trayectos trayectos aéreos y el trasporte de millones de toneladas de mercancías, en largos recorridos, en uno y otro caso.

 Como digo, la rentabilidad global, que solamente basta para retribuir al capital, depende de la cantidad. Y ahora ha venido el maldito virus a arruinar el negocio  para los pocos que se aprovechaban del turismo masivo.

 Durante varios meses, que nadie se atreve a cuantificar, los viajes largos van a estar prohibidos o desaconsejados por los estados de los mercados más importantes para Canarias, Alemania y Reino Unido. Doce países ya han pedido en la Unión Europea restringir los derechos del pasaje en los vuelos. Todos los expertos prevén un fuerte rebrote de la pandemia, para el otoño, justamente cuando podrían empezar a levantarse las recomendaciones para largos viajes. En todo caso la sanidad pública en el estado español ha demostrado no estar en condiciones para enfrentar una demanda alta por contagios, tanto por Covid-19, como por las demás gripes -que también matan- u otras patologías. Por mucho tiempo, las restricciones en aviones y barcos, en hoteles y restaurantes, obligarán a operar con ocupaciones de una tercera parte. En tales condiciones de restricciones y de inseguridad, la demanda se derrumba y la rentabilidad desaparece. Solamente la gente muy valiente y dispuesta a pagar unos altos costes vendrían a Canarias. Una actividad que cifraba el negocio en la venida de 17 millones de turistas, se ha venido abajo, sin remedio.

 Tanto por consideraciones económicas y comerciales como sociales y ambientales, Canarias debe desterrar para siempre, definitivamente, el concepto de turismo masivo. Canarias tiene que aprovechar el momento para rehacer todo su esquema productivo. Que se hagan cuenta quienes dirigen la política y las empresas, que estamos igual que cuando nuestra gente llegó un día a los puertos con sus carros repletos de cochinilla, para encontrarse que no había barcos en qué cargarla. Solamente que ahora no hay una Cuba para donde tirar.

Ahora hay que reconvertir la economía. Y Canarias no puede hacer como ha hecho siempre, sentarse a esperar que venga alguien a hacerlo, y a llevarse el jugo de lo que se haga. Canarias tiene que tomar el timón y diseñar el rumbo que lleve a nuestra gente a su futuro.

 Canarias tiene que reformular su estructura alojativa turística y de restauración y ocio a la baja, a un tercio de las dimensiones actuales.  Siempre ha sido una necesidad, pero ahora, las circunstancias obligan. La baja de demanda y las restricciones de ocupación y viajes determinan que solamente con precios altos y poca oferta el turismo pueda sobrevivir.

Canarias tiene que fortalecer la rentabilidad del negocio del turismo, por la vía de incrementar al máximo el consumo de las y los turistas con productos locales y con el manejo en los mercados y el transporte de las personas, con empresas canarias. Las operadoras turísticas han perdido mucha entidad, por la presencia del comercio en línea. Y en Canarias existen profesionales y empresas con suficiente experiencia para encaminar el comercio electrónico y prestar el servicio de traer y llevar a las y los visitantes. De estas maneras, la rentabilidad para Canarias del destino crecerá exponencialmente, redistribuyendo además la riqueza de una manera más lógica y equitativa por todo el tejido empresarial y social. Y Canarias además, tiene que explorar otras actividades productivas, más adecuadas y convenientes para sus circunstancias y características.

 He aquí mis propuestas, en líneas generales:

 

  • Eliminar el turismo masivo como eje principal Y CASI ÚNICO de la estrategia económica canaria.

  • Reducir la oferta turística canaria a un tercio. Solamente podrán operar los hoteles, restaurantes, bares y comercios de la más alta calidad. El resto del tejido empresarial tendrá que someterse a los programas de reconversión.

  • Solamente las empresas que entren en el Plan de Reconstrucción recibirán ayudas oficiales, en los términos que se establezcan.

  • Crear una conciencia de país, dirigida a la producción y exportación de bienes adecuados a las condiciones de lejanía del Archipiélago

  • Creación de una marca de calidad única para toda la producción de exportación y turística canaria. Una marca que opere como “paraguas”, unificando y rentabilizando las estrategias de comercialización, promoción y comunicación publicitaria de todos los productos canarios de exportación. Que los targets identifiquen por igual una fruta, un queso, un vino, un medicamento, un elemento de cosmética, un conocimiento o una estancia de vacaciones, como de calidad canaria. Se trata de construir una marca, que se sustente en los valores canarios de sostenibilidad, respeto por el ambiente, tradición e innovación conjugadas. Una oferta integral.

  • Unificación de un criterio único de alta calidad. Todos los productos cobijados en la marca única Canarias tiene obligatoriamente que participar de este criterio  de excelencia.

  • La comercialización de productos de exportación y del turismo deberá centralizarse en el sector público. Canarias operará en los mercados internacionales con la estrategia de unos “grandes almacenes”, que ofrecen las más variadas líneas de productos, cobijados por una sola marca , en este caso, la canaria.

  • El transporte de ida y vuelta de las y los turistas deberá realizarse con empresas canarias, con buques y aviones adaptados a las nuevas circunstancias y exigencias de seguridad y de ahorro de energía.

  • Los productos de exportación y los ofrecidos al turismo tienen que ser de alta calidad, con precios unitarios altos y susceptibles de ser operados en el comercio electrónico. Volumen y peso reducido, empaques atractivos y seguros, que protejan de roturas y deterioros.

  • Las lineas generales de producción para la exportación aprovecharán las ventajas diferenciadoras canarias:

    • Productos agrícolas, frutas y hortalizas en formatos de alta calidad

    • Productos de la agroindustria, quesos, mieles, salsas, bebidas

    • Artesanía

    • Moda y textiles

    • Productos farmacéuticos, especialmente los naturales

    • Productos de cosmética, especialmente los naturales

    • Componentes electrónicos

    • Conocimiento (energías renovables, agricultura, ganadería y pesca, desalación, diseño, software)

  • La exportación de productos canarios de calidad aprovechará al máximo las ventajas del comercio electrónico, con los procedimientos de puerta a puerta.

  • Las estructuras turísticas de alojamiento y restauración utilizarán en exclusiva la producción local. Solamente podrá apelarse a producto importado en los casos demostrados de no existencia en el mercado. Esta oferta de producto local, el llamado kilómetro cero, constituirá uno de los atributos favorables determinantes en la promoción externa.

  • Implantación contundente urgente y rápida, de las energías limpias.

  • Estrategias de ahorro de consumo de energía

  • Tener en cuenta que Canarias es un enclave europeo en África. Canarias debería ser el centro de referencia en formación profesional, en educación universitaria, en atención sanitaria y en operaciones comerciales para los países del continente del que formamos parte, mal que pese a algunas gentes.  

No se trata de nada difícil. Hay tiempo para ponerlo en marcha, aprovechando los recursos que tienen que venir. Si tales recursos se derrochan intentando recuperar un turismo masivo que ha muerto, la responsabilidad de quienes lo hagan, será criminal.

* Lo escribe y lo sostiene Chema Tante

CHEMA TANTE

 

MANCHETA 21

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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