Federico Aguilera Klink destaca este lucido análisis de Jonathan Cook en MIDDLE EAST EYE y BRAVE NEW EUROPA y añade: "Un buen repaso a las razones reales de la guerra de Ucrania y a las mentiras y provocaciones de Occidente contra Rusia, para quienes tengan interés en saber honestamente qué es lo que está pasando..." En efecto, apostillo yo, Chema Tante, la presión mediática del Imperio empuja a la opinión hacia posiciones falsas. Es preciso insistir para que se sepa la verdad.
Jonathan Cook en CTXT y REBELIÓN, trata de otro de los aterradores aspectos de esta brutal guerra, desatada por Rusía, provocada por USA/UE/UK/OTAN y jaleada con un fervor venal por la jauría mediática que tarifa sus apoyos. Lo señala Francisco Morote, de Attac Canarias. Y yo, Chema Tante, tengo que alertar, aunque sepa que con poca probabilidad de éxito, sobre la ola de represión que nos viene.
Luis Portillo Pasqual del Riquelme señala este oportuno y revelador artículo de jonathan ng en TRUTHOUT. Las armas, fabricantes y traficantes del dolor de la gente. Los desaprensivos que se benefician de las guerra y, por tanto, son quienes las promueven.
Jonathan Cook en CONSORTIUM NEWS y en su blog trata de este fenómeno de la propaganda del imperio. Lo señala Federico Aguilera Klink.. Y yo, Chema Tante, digo que estoy con Cook. No se trata de rivindi8car a Putin, ni mucho menos, sino de contemplar la situación con equidad. Por supuesto que Putin ha cometido un crimen desatando una guerra, tenga razón o carezca de ella. Pero no resulta ético ocultar el equiparable grado de culpa de la otra parte. Ucrania, USA, la Unión Europea, el Reino Unido y su brazo armado, la OTAN, han colaborado necesariamente con Putin para que tenga lugar este conflicto en el que los pueblos del mundo, todos, perdemos y los ricos del mundo, con tipos como Biden, Zelensky, Borrell, Von der Leyen o Sánchez a su servicio, son los que ganan. Ganan mucho. No hablar de la culpa de Occidente y cargar las tintas solamente sobre los pecados putineros, resulta un maniqueísmno exasperante. Esta guerra de Ucrania tiene unos elementos nuevos, pero persiste en ella el componente esencial, común a todas las guerras: El dinero. Todas las guerras las promueven los ricos y en todas las guerras mueren los pobres. Pero, como dcie Cook, no se recuerda que se hayan denunciado los crímenes de guerra occidentales -incluyendo Palestina, Sáhara, Yemen- con la fruición y obsesión que se está aplicando, con todo merecimiento, con Putin y Rusia.
Jonathan Cook en THE UNZ REVIEW y en su página personal trata de lo que Federico Aguilera Klink, que señala el artículo, y yo, Chema Tante, consideramos el problema de base de la mayoría de las desgracias que atribulan a la Humanidad. La sujeción de los gobiernos, parlamentos y justicias del mundo a un poder oscuro, el poder del dinero, que nos somete sin freno al chantaje del consumismo y de la misma vida. Estos días lo estamos viendo, con la comedia dramática en Glasgow con unos gobiernos acordando medidas que saben que sus años les impedirán tomar. En el estado español, con la monumental bajeza de unos partidos votando lo que el dinero manda a sus respectivos partidos que voten. Con la sujeción de un gobierno llamado progresista a los mandatos de la patronal empresarial. Acá, en Canarias, con la condena de todo un pueblo al desastre, porque el dinero ha decidido que seamos el patio de recreo, borracheras y escarceos sexuales de la gente europea. Y contra esto, no hay más que un camino. La lucha en la calle, la protesta y el voto a partidos que garanticen la rebeldia.