Firmas
Nebulosa de ternura - por Francisco González Tejera
El perro bardino se quedó junto a la vereda de los ciruelos cuando se llevaban a Juan Beltrán, las manos atadas a la espalda con la soga de pitera, rodeado por los falanges y guardias civiles, el animal no entendía que trataran así a quien lo había rescatado cuando el hijo del cacique inglés mataba a sus hermanos, a su madre, a su viejo padre con la pequeña pistola de mango de oro.