Cualquiera, y digo cualquiera pronuncia, la palabra globalización con la mayor y más convincente seguridad. Casi dogma de fe. Parece extraño que alguien la cuestione, algunos hasta lo convierten en una especie de menestra de universalismo, mundo sin fronteras, potabilidades de negocio y trabajo. Ese cualquiera puede ser que esté en paro, cobrando una ayuda de las que da pena, al que la cobra y al que conoce su cantidad y, sin embargo está autoconvencido que las cosas tienen que ser como son. A veces me aparece que el kit de un recién nacido en estas islas, incluye la maleta para emigrar y hasta parecer natural.

El Cabildo de Gran Canaria ha puesto en marcha una consejería que titula de “Agricultura y Soberanía Alimentaria”, la cosa promete. Al frente de ella Miguel Hidalgo, de Nueva Canarias.

De la misma manera que sin independentismo no hay independencia. A simple vista estas frases pueden parecer de una lógica digna de Rajoy, pero considero necesario que se abra una reflexión en las organizaciones y las gentes que comparten estas posiciones, sobre qué actores al final son los que resultan determinantes en el logro de estos objetivos políticos.