El coherente veterano militante socialista y republicano insigne, Antonio Aguado, recomienda este contundente y preclaro artículo del teniente expulsado del ejército por decir las verdades, Luis Gonzalo Segura. Lo que dice el teniente es lo que piensa una fuerte mayoría de la gente en este estado de derecha. Lo que debería pensar toda la gente, incluso la monárquica. No puede ser que en pleno siglo XXI una familia que repite una y otra vez los mismos vicios, pecados y delitos de sus antecesores, de Luis XIV para acá, mantenga un poder "inviolable", por la herencia ahora de una dictadura sanguinaria. Las revelaciones de una de las integrantes del harén real, Corinna, sobre las fechorías financieras de Juan Carlos de Borbón, vienen a confirmar, con pruebas objetivas, lo que se sabía desde hace mucho tiempo. Que esta familia Borbón sigue actuando -porque le dejan- sobre nuestros pueblos como señores feudales. Yo, Chema Tante, cito esa frase de la odalisca Corinna "Juan Carlos no sabía que eso no era legal" porque ese es el problema, Juan  Carlos, como toda su familia, cree que eso de la inviolabilidad significa que el rey está por encima de la ley. Maravilloso. Y hay que decirle al partido español antes socialista y obrero que, por la memoria  de la multitud militante socialista que dio vida y sufrimiento, asesinada, apresada, exiliada por la República, si sigue sosteniendo a una familia granuja, está manchando el recuerdo sagrado.

ECO REPUBLICANO reproduce la reseña aparecida en EL NACIONAL de Cataluña, sobre un artículo de NEWSWEEK en el que José Buscaglia, profesor de la Universidad Northeastern de Boston, acierta el pleno del análisis sobre la tremenda crisis que atraviesa el estado español. No se trata de un conflicto entre Cataluña y el gobierno y los partidos centralistas, PpPsoEC's. Eso no es sino un síntoma local de gran problema central. Este sistema caduco y corrupto heredado del franquismo tiene que ser sustituido. Y yo, Chema Tante, recuerdo que toda esta larguísima serie de tensiones territoriales tiene su origen en la entronización borbónica del siglo XVIII que introdujo el centralismo, según el modelo de Luis XIV en Francia. Aunque ignorantes como Francisco Chavanel  en su mercenario EL ESPEJO CANARIO se atrevan a decir  que "no podemos mirar tan lejos", es lícito pensar que la asociación entre reinos diferenciados hubiera derivado con naturalidad hacia una república federal. Y esta es la oportunidad para cerrar de una vez esa atroz etapa trisecular de centralismo odioso y cerrilidad autoritaria, para permitir, como dice el profesor Buscaglia "un estado federal multinacional donde andaluces, vascos, canarios, castellanos, catalanes y otros podrían reconciliarse con su pasado mientras buscan reclamar y remodelar la vieja noción de las muchas Españas, o Las Españas. Cualquier otra alternativa, llegados a este punto, sólo conduce a decir adiós a España".