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jueves, 18 de abril de 2024 07:56h.
abolengo
Sociedad

Reverencias de rancio abolengo - por Nicolás Guerra Aguiar

  Allá por los años del “Caudillo de España por lo gracioso que es Dios”, la Iglesia católica española se postraba ante la insigne figura del hombre que, como en la Edad Media, fue enviado por Aquel para salvar a la Patria. Y si bien es cierto que el general no pudo llegar a papa –las envidias externas impidieron que se le concediera el capelo cardenalicio-, el hombre al que le asistió siempre “la divina Providencia” era recibido bajo palio en templos y catedrales porque aquel martirio de herejes fue el selecto regalo que el Acaso hace cada mil años a un pueblo.