La casa de mi tía
Con esta tergiversación diabólica en que se ha sumido Europa, tendremos que seguir gimiendo bajo la égida merkeliana, en una repetición pseudodemocrática de la expansión alemana de los años treinta y cuarenta del siglo pasado. Merkel ha ganado con los mismos argumentos expansionistas que utilizara otro canciller de muy triste memoria. El titular de EL MUNDO (Merkel, Merkel, über alles) a mí me parece muy bien traído. Hay que tener en cuenta que la primera línea del himno nacional alemán (Alemania, Alemania sobre todos), aunque no lo toquen normalmente, porque les da verguenza, sigue siendo legal en Alemania. No lo han derogado. Merkel le ha vuelto a hacer al pueblo alemán la misma pregunta: ¿Quieren que Alemania sea respetada, que Alemanis siga mandando? y, a pesar de todo eso, más de la mitad del pueblo alemán le ha dicho que no. Pero en esta interpretación maquiavélica del concepto democrático, el 40 por ciento del pueblo alemán le ha dado a Merkel la corona absoluta europea. Y seguiremos teniendo que aguantar la trasposición tramposa de los conceptos de austeridad. La austeridad aplicada a los pobres para que los ricos sigan recuperando sus privilegios.